Me preocupa enormemente el acusado repunte en el uso de la pena de muerte en Irán, incluyendo las ejecuciones de dos hombres el 23 de enero. Según varios informes, al menos 54 personas han sido ejecutadas en el país en lo que llevamos de año.  La pena de muerte es incompatible con el derecho más fundamental de todos los derechos: el derecho a la vida. Es necesario acabar con esta práctica de forma inmediata.

Mohammed Ghobadlou se convirtió ayer en la novena persona en ser ejecutada en relación con las protestas de 2022. Farhad Salimi, un hombre kurdo, fue ejecutado el mismo día tras permanecer 14 años en prisión.

Es obligatorio respetar el derecho al debido proceso y a un juicio imparcial para todas las personas acusadas. También me inquietan profundamente las denuncias de confesiones forzadas obtenidas bajo coacción. Estas confesiones no pueden utilizarse como prueba en ningún procedimiento judicial.

Insto al gobierno de Irán a aplicar una moratoria inmediata en el uso de la pena de muerte, con vistas a abolir esta práctica en su totalidad. El consenso es cada vez mayor acerca de la abolición universal de la pena capital. Casi tres cuartas partes de todos los países del mundo ya han abolido o introducido una moratoria en la pena de muerte bien en su legislación o en la práctica. Ruego a las autoridades iraníes que sigan este ejemplo.