Aplaudo la sentencia de un tribunal suizo que condena al ex ministro del Interior de Gambia, Ousman Sonko, por un conjunto de delitos de lesa humandidad relacionados con actos de muertes ilícitas, tortura y detención arbitraria cometidos entre 2000 y 2016.

La sentencia de 20 años de prisión impuesta al ex ministro constituye un avance significativo para las víctimas que buscan justicia por los graves delitos y otras vulneraciones de derechos humanos perpetradas en Gambia durante el régimen del ex presidente Yahya Jammeh, y también es un paso importante en la lucha mundial contra la impunidad. Además, representa un paso de avance hacia el objetivo de lograr que los responsables de delitos graves puedan ser obligados a comparecer en juicios justos celebrados en otros Estados, más allá de sus propias fronteras.

Exhorto a otros Estados a que aprovechen este y otros ejemplos recientes y examinen de qué manera las investigaciones y los encausamientos de sus propios sistemas legales pueden orientarse hacia los sospechosos de haber cometido graves vulneraciones de derechos humanos, cualquiera que sea el lugar donde se perpetraron. Esta sentencia también debería impulsar los esfuerzos de la fiscalía en la propia Gambia.