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Los derechos humanos "ofrecen el camino necesario para salir del caos climático", afirma el Alto Comisionado

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20 junio 2024
Pronunciado por: Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Excelencias, 
Queridos colegas,

Nuestro planeta está sufriendo.

Seguimos batiendo récords climáticos que a ninguno y ninguna nos interesa batir.

El mes de mayo de este año ha sido el más caluroso del mundo desde que comenzaron los registros mundiales en 1850.

Un calor insoportable e increíble.

En su forma más extrema, el cambio climático mata. Las inundaciones en Rio Grande do Sul (Brasil) en abril y mayo mataron a más de 170 personas y desplazaron a más de medio millón. En la India, la ola de calor más larga desde que se dispone de registros ha matado a docenas de personas desde marzo, y el calor extremo ha alcanzado los 50 grados centígrados en algunos estados indios.

El cambio climático también agrava las amenazas y retos existentes. Exacerba la inseguridad y puede provocar conflictos. Ya ha obligado a millones de personas en su propio país a abandonar sus vidas, sus medios de subsistencia y sus familias en busca de un futuro más seguro.

Y esa búsqueda resulta cada vez más difícil.

Las tierras despojadas, las aguas contaminadas y los bosques talados dejan a la población con pocas alternativas.

No nos equivoquemos, la crisis climática es una crisis para el planeta, pero también lo es para los derechos humanos.

Y no solo para el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible.

Para el derecho a la alimentación. El derecho a la salud. Incluso el derecho a la vida.

Estimados colegas,

La ciencia ha sido siempre muy clara.

Con base en los compromisos actuales de los Estados, se calcula que el mundo va camino de calentarse unos 2,7 grados centígrados.

Se trata de un futuro inimaginable y distópico.

Redoblar los esfuerzos con urgencia para limitar el calentamiento por debajo de 1,5 grados centígrados resulta fundamental.

Incluso en el mejor de los casos, nos enfrentamos a varios puntos de no retorno climáticos.

Señor Presidente,

La seguridad alimentaria es solo una de las esferas que está seriamente amenazada.

En 2023 y 2024, las perturbaciones relacionadas con el clima fueron las principales causantes de crisis alimentarias en 18 países, donde casi 72 millones de personas se enfrentaron a niveles altos de inseguridad alimentaria.

Corremos el riesgo real de asistir a un fracaso de los sistemas alimentarios en algunos lugares como consecuencia del impacto del cambio climático.

Pero los sistemas alimentarios no son una mera casualidad del cambio climático o de los daños medioambientales.

También contribuyen a ellos.

Algunos investigadores estiman que los sistemas alimentarios son responsables de un tercio de las emisiones mundiales.

Es urgente seguir tomando medidas eficaces y basadas en los derechos para reducir las emisiones de los sistemas alimentarios.

Estos sistemas injustos no solo diezman el medio ambiente, sino que pueden empobrecer a las comunidades rurales.

Los productos agroquímicos utilizados en la producción industrial de alimentos perjudican la salud de los trabajadores agrícolas y los agricultores. Y a la larga, perjudican a las comunidades y a los consumidores.

No hay nada seguro, sostenible o científicamente sólido en la producción masiva de alimentos poco saludables.

Las prácticas agroecológicas, regenerativas, rotativas, orgánicas, biológicas y otras prácticas agrícolas sostenibles pueden ayudar, y de hecho ayudan, a reducir la exposición humana a toxinas y productos químicos y a garantizar que los sistemas alimentarios estén desprovistos de productos contaminantes derivados de combustibles fósiles. 

En este sentido, el informe reciente de mi Oficina sobre el cambio climático y el derecho a la alimentación exponía medidas concretas para abordar los efectos adversos del cambio climático sobre la seguridad alimentaria y las contribuciones de los sistemas alimentarios al cambio climático.

Se aconsejaban medidas para minimizar y revertir las contribuciones de los sistemas alimentarios al cambio climático.

sistemas universales de protección social para reforzar la resiliencia de los afectados.

Pedimos a las empresas implicadas en los sistemas alimentarios que cumplan con sus responsabilidades en materia de derechos humanos de conformidad con los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos.

Por políticas equitativas de la tierra para empoderar a las personas y apoyar sistemas alimentarios regenerativos y sostenibles.

Por una inyección de fondos abundantes para políticas y medidas climáticas.  

Y por políticas económicas y comerciales que sitúen a los derechos humanos en un lugar central, incluido el derecho a la alimentación.

Colegas,

El derecho a la salud está estrechamente relacionado con la salud del planeta y unos sistemas alimentarios seguros y sostenibles.

Esto se sabe desde hace tiempo a través del concepto "Una sola salud", que pretende equilibrar la salud de las personas, los animales y los ecosistemas de forma sostenible.

Sin embargo, los efectos reales del cambio climático sobre nuestra salud y bienestar se están manifestando a un ritmo vertiginoso. Las enfermedades transmitidas por los alimentos, el agua y los vectores están aumentando en todas las regiones.

La contaminación atmosférica mata a siete millones de personas al año.

Y las desigualdades sanitarias existentes no hacen más que aumentar.

La reciente e histórica resolución de la Asamblea Mundial de la Salud que reconoce el cambio climático como una amenaza inminente para la salud mundial es un paso importante.

El reconocimiento por este Consejo del derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible es otro.

Pero debemos hacer mucho más para garantizar un futuro saludable.

Estimados colegas,

Con el paradigma económico actual, nuestros sistemas alimentarios y climáticos mundiales están atrapados en un círculo vicioso que perjudica a las personas y al planeta.

Tenemos un camino a seguir.

Debemos promover y defender los derechos interrelacionados a la alimentación, la salud y un medio ambiente limpio, saludable y sostenible como pilar fundamental de todas las políticas y enfoques.

Necesitamos una transición justa a una economía sostenible guiada por los derechos humanos y dedicada a su cumplimiento. En resumen, una economía de derechos humanos.

No podemos limitarnos a cambiar un paradigma intensivo en recursos ambientales e impulsado por el crecimiento, como la economía de los combustibles fósiles, por otro. Necesitamos cambios transformadores a todos los niveles —económico, social, medioambiental, legislativo, político y tecnológico— para ayudar a los más afectados por la crisis climática.

Y debemos comprometernos a empoderar y proteger a las personas que se encuentran en primera línea de esta crisis, ya se trate de comunidades marginadas, campesinos o pueblos indígenas. Sus conocimientos son inestimables. Sus voces son cruciales.

La Cumbre sobre el Futuro, y la negociación del Pacto para el Futuro y, en particular, la Declaración para las Generaciones Futuras, representan una oportunidad fundamental para fomentar una visión a largo plazo.

Para reconocer la obligación de las generaciones actuales de salvaguardar la capacidad de las generaciones futuras de disfrutar de sus derechos, incluido el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible.

Y para reflexionar sobre los mecanismos de rendición de cuentas necesarios para garantizar estos derechos, poner fin a las crisis actuales y prevenir las futuras.

Son cada vez más frecuentes las decisiones de tribunales regionales e internacionales en esta línea, como la sentencia reciente del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, según la cual los Estados tienen obligaciones positivas y justiciables en materia de derechos humanos para protegerse de los crecientes riesgos del cambio climático.

Este Consejo y sus mecanismos también tienen un papel importante que desempeñar.

Espero que nuestra labor, incluyendo este debate, sirva de base para las siguientes medidas fundamentales que todos debemos adoptar.

Estimados colegas,

Es nuestro deber para con las generaciones futuras ser más inteligentes, hacerlo mejor, y actuar desde ya.  

Necesitamos un compromiso urgente y renovado para prevenir las repercusiones amplias y cada vez más profundas de la triple crisis planetaria en los derechos humanos, la mayor amenaza para la existencia que la humanidad haya conocido.

El marco de los derechos humanos ofrece el camino necesario para salir del caos climático.

Pido a todos y todas que se comprometan a aplicarlo.

Gracias.

"El vínculo entre el cambio climático, la seguridad alimentaria y la seguridad sanitaria, y su impacto en el disfrute de los derechos humanos"
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