El fallo del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre el caso de Dobbs vs Jackson Women’s Health Organization dado a conocer hoy representa el mayor revés a la protección de los derechos y la salud sexual y reproductiva en ese país, tras cinco décadas de vigencia de la sentencia Roe vs Wade.

Se trata de un duro golpe a los derechos humanos de las mujeres y a la igualdad de género.

El acceso al aborto seguro, legal y eficaz está firmemente arraigado en el derecho internacional de los derechos humanos y es parte esencial de la autonomía de jóvenes y mujeres y de su capacidad para tomar decisiones propias acerca de sus cuerpos y sus vidas, libres de discriminación, violencia y coerción.

Esta decisión jurídica priva de esa autonomía a millones de mujeres en Estados Unidos, en particular a las de bajos ingresos y a las que pertenecen a minorías étnicas o raciales, en detrimento de sus derechos fundamentales.

Más de 50 países que anteriormente tenían leyes restrictivas han liberalizado su legislación relativa al aborto en los últimos 25 años.

Con el fallo dictado hoy, Estados Unidos se aparta lamentablemente de esta tendencia progresista.