Resumen

Los niños constituyen la mitad de la población palestina que se encuentra sometida a la ocupación colonial israelí, iniciada hace 56 años. Como parte en la Convención sobre los Derechos del Niño y Potencia ocupante del territorio palestino ocupado, Israel está obligado a dar prioridad al interés superior de todos los niños bajo su jurisdicción. Sin embargo, Israel somete a los niños palestinos a traumas físicos y psicológicos graves y los carga con miedos y problemas que ningún niño debería soportar. La falta de rendición de cuentas por sus actos ha alentado a Israel a incumplir sus obligaciones internacionales.

La ocupación israelí, concebida para anexionar ilegalmente tierras ocupadas, reprime el ejercicio de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de los palestinos. La confiscación de tierras, la expropiación de recursos y el confinamiento contribuyen al desdesarrollo palestino, lo que repercute en el desarrollo de los niños. Cada año, las fuerzas israelíes matan, mutilan, dejan huérfanos y detienen a cientos de niños de todas las edades. Muchas veces los traumas resultantes quedan sin atender. Este entorno coercitivo viola gravemente el derecho a la vida de los niños palestinos, ya que les impide ejercer el derecho de todo niño a crecer en condiciones de seguridad y dignidad. Esta experiencia se ha descrito como unchilding (“adultización”), es decir, los niños se ven privados de la normalidad, la despreocupación y la inocencia de la infancia.

Para los niños palestinos, la vida en el marco de la ocupación es una lucha diaria. Son testigos tanto del desconsuelo de sus padres al ver que las tierras que les confiscaron son cultivadas por colonos como del anhelo de sus abuelos de reencontrarse con su tierra y su hogar, al otro lado de los muros. También observan la demolición de viviendas inacabadas a manos de sus propios dueños, a quienes luego solo les queda una hipoteca por pagar, y asisten a escuelas que se encuentran en un constante peligro de destrucción. Las violaciones deliberadas de los derechos de los niños palestinos requieren una investigación urgente, la aplicación de medidas de protección y una solución política duradera que afronte las causas profundas del conflicto. Esto es coherente con los objetivos más amplios de hacer realidad el derecho del pueblo palestino a la libre determinación y lograr la seguridad para todos en la región.