Resumen

En todo el mundo, incluso antes de la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19), las asignaciones financieras destinadas a la realización progresiva o inmediata de los derechos humanos eran vistas como una cuestión de política nacional y continental. Aunque ha habido algunos intentos internacionales por lograr un enfoque mundial de la fiscalidad, estos no han tenido éxito. No obstante, tras la pandemia de COVID-19, actualmente estamos asistiendo al mayor efecto indirecto de una crisis mundial: las crisis múltiples y diversas que afectan a distintas partes del mundo, en las que las intervenciones tradicionales, nacionales o regionales resultan ineficaces. Ello pone de relieve no solo la necesidad de analizar los problemas de forma holística, sino también el hecho de que la continua indiferencia respecto de los grandes patrimonios netos individuales y los sectores informales y delictivos a escala mundial está haciendo del mundo un lugar peligroso.

En el contexto de estas múltiples crisis que afectan al mundo, el presente informe se centrará tanto en las intervenciones que ya estén en marcha y deban reforzarse como en las nuevas intervenciones que deban no solo estudiarse, sino también aplicarse con cierta urgencia para poner fin a la pérdida de logros en materia de derechos humanos que ya está ocurriendo en todo el mundo. Es necesario adoptar un enfoque internacional para las cuestiones fiscales, la deuda externa y las obligaciones financieras internacionales que desencadene un viraje oportuno mediante la corrección del rumbo y la vigilancia continuada, con la vista puesta en los más vulnerables de manera firme y sostenida.