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Comunicados de prensa Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Afganistán: Las Naciones Unidas piden medidas urgentes para evitar que mueran más civiles, al revelarse que el número de víctimas alcanzó un máximo en 2016

Cifra record de víctimas infantiles en Afganistán

06 febrero 2017

KABUL/GINEBRA (6 de febrero de 2017) – Las Naciones Unidas exhortaron el lunes a todas las partes en el conflicto de Afganistán a que adopten medidas urgentes para poner fin a la muerte y la mutilación de civiles, después de que un nuevo informe de la Organización revelara que en 2016 se había alcanzado una cifra sin precedentes de víctimas civiles, comprendido un máximo de niños muertos o heridos.

En el informe se documentan 11.418 casos de víctimas civiles en relación con el conflicto, entre las que hubo 3.498 muertos y 7.920 heridos. El total de víctimas abarca a 3.512 niños – 923 fallecidos y 2.589 heridos, lo que representa un aumento del 24 por ciento sobre la cifra máxima precedente-. Las estadísticas, compiladas por el equipo de derechos humanos de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés), son las más elevadas desde 2009, cuando las Naciones Unidas empezaron a documentar sistemáticamente el número de víctimas civiles.  

“La muerte y la mutilación de millares de civiles afganos es un hecho profundamente doloroso y, en gran medida, evitable”, afirmó el Sr. Tadamichi Yamamoto, Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para Afganistán.  “Todas las partes en conflicto deben adoptar de inmediato medidas específicas a fin de proteger a los hombres, las mujeres y los niños afganos cuyas vidas se están destrozando”.

Las fuerzas contrarias al gobierno, principalmente los talibán, fueron responsables de dos tercios de las víctimas, mientras que las tropas pro gubernamentales causaron casi la cuarta parte de las bajas civiles.

En el informe se señala que, tal como ocurrió en 2015, los combates terrestres entre elementos opositores y fuerzas gubernamentales, especialmente los enfrentamientos en zonas pobladas o frecuentadas por civiles, siguen siendo la causa principal de las bajas entre la población civil, seguida por los dispositivos explosivos artesanales (IED), los ataques suicidas y combinados, así como los asesinatos selectivos y deliberados.

En el informe también se documenta un aumento del número de ataques perpetrados por la alianza Estado Islámico de Irak y el Levante/Estado Islámico de la Provincia de Khorasan (Daesh/ISKP), dirigidos especialmente contra los musulmanes chiíes. El equipo de derechos humanos de la UNAMA documentó 899 víctimas civiles (209 muertos y 690 heridos), lo que multiplica por diez el número registrado el año pasado. La mayoría de las víctimas causadas por la Daesh/ISKP se produjeron en tres ataques masivos lanzados contra la comunidad chií en la segunda mitad de 2016.

Los ataques aéreos realizados por las fuerzas internacionales y el gobierno de Afganistán causaron 590 víctimas civiles (250 muertos y 340 heridos), casi el doble de las bajas registradas en 2015 y la cifra más alta constatada desde 2009.

El Sr. Yamamoto, que también dirige la UNAMA, condenó la repercusión constante y devastadora de los combates terrestres sobre la población civil y el creciente número de ataques suicidas en gran escala, dirigidos deliberadamente contra los civiles.
“Un año más aumenta el récord de civiles que padecen en Afganistán”, dijo el Sr. Yamamoto. “A menos que todas las partes en conflicto acometan esfuerzos serios para examinar y revisar las consecuencias de sus operaciones, es probable que el número de víctimas, desplazamientos y otras modalidades de sufrimiento humano se mantenga en niveles terriblemente elevados”.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, señaló que el número de víctimas describe un cuadro en el que los sectores más vulnerables de la sociedad pagan el precio más oneroso.

“Muchos niños resultaron muertos, perdieron la vista, fueron mutilados o causaron inadvertidamente la muerte de sus amigos, mientras jugaban con artefactos sin explotar que las partes en conflicto habían abandonado de manera negligente. A las mujeres se les sigue castigando con brutalidad en procesos de la denominada ‘justicia paralela’, mientras se ataca a las minorías religiosas cuando acuden a las mezquitas para la oración”, afirmó el Alto Comisionado.

“Las consecuencias de cada acto de violencia se dejan sentir en las familias y en toda la comunidad, y ambas quedan rotas, incapaces de mantenerse por sí mismas y, en general, sin obtener nada parecido a una decisión de justicia o una indemnización. Tras casi 40 años de conflictos armados en Afganistán, ha surgido ahora una rama del Daesh que es otro componente mortífero adicional. Ya es hora de que las distintas partes en conflicto pongan fin a la incesante perpetración de crímenes de guerra y reflexionen sobre el daño que infligen a sus madres, padres, hijos y generaciones venideras, mediante la prolongación de este conflicto interminable y carente de sentido”, dijo Zeid.  

Yamamoto y Zeid pidieron a todas las partes que reduzcan al mínimo el uso de explosivos en las zonas de población civil y que velen por la eliminación de los restos de explosivos dejados tras los combates. Asimismo hicieron hincapié en la necesidad de exigir justicia y rendición de cuentas por las violaciones del derecho humanitario internacional y el derecho internacional de los derechos humanos.

“La continuación de los ataques contra los civiles y las agresiones indiscriminadas de los elementos antigubernamentales –en particular mediante los IED y los ataques suicidas en zonas de población civil- es ilegal, reprochable y, en la mayoría de los casos, puede equivaler a un crimen de guerra. Es indispensable que los responsables, quienesquiera que sean, rindan cuentas de sus actos”, reza el informe.

FIN

El informe está disponible en: http://www.ohchr.org/en/countries

Para mayor información y solicitudes de prensa, favor contactar a Rupert Colville (+41 22 917 9767 / rcolville@ohchr.org), ó Ravina Shamdasani (+41 22 917 9169 /  rshamdasani@ohchr.org ) ó Liz Throssell  ( +41 22 917 9466/ ethrossell@ohchr.org )

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