Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Los derechos medioambientales son fundamentales para todos los derechos humanos, afirma Türk
Derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible
20 octubre 2023
Pronunciado por
Declaración en vídeo de Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
En
Derechos Humanos 75 - Diálogo Regional para Europa y Asia Central
20 de octubre de 2023 (grabado el 27 de septiembre)
Excelencias,
Distinguidos delegados,
Colegas,
Muchas gracias por acompañarnos en este Diálogo Regional para Europa y Asia Central, en el marco de la iniciativa Derechos Humanos 75, que se centra en el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible.
Se nos agota el tiempo para enfrentarnos a la triple crisis planetaria, que es una de las amenazas más graves que la humanidad afronta actualmente.
Nuestro derecho universal a disfrutar de un medio ambiente saludable debería estar en el eje de todas las decisiones políticas nacionales, regionales y mundiales. Es esencial para salvar vidas, para preservar la paz, para impulsar la Agenda de Desarrollo Sostenible y para defender los principios fundamentales de justicia y humanidad, a medida que el deterioro ambiental desata un caos que empeora continuamente
Permítanme retroceder 75 años, a una época de terribles trastornos y destrucción, cuando los Estados coincidieron en que las soluciones a los problemas solo se lograrían mediante la promoción de los derechos humanos.
Después de las carnicerías colectivas de la Primera y Segunda Guerra Mundial, tras el Holocausto y la invención y aplicación de la primera bomba atómica. Tras la Gran Depresión. Tras generaciones sucesivas de explotación colonial. Después de todo esto, y para evitar nuevos ciclos de violencia, los Estados concibieron y redactaron la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Y aunque nadie podría sostener que la Declaración Universal haya resuelto todos los problemas del mundo, sí ha promovido soluciones muy importantes que han aliviado los sufrimientos y han proporcionado las bases de actividades positivas.
Entre estas medidas, figuran la promoción de la igualdad de género, la defensa de los derechos de los afrodescendientes, los movimientos para suprimir la opresión colonial y liberar a los pueblos de regímenes autoritarios y muchos más. La DUDH ha sido una brújula extraordinaria que ha contribuido a dejar atrás la guerra, el sufrimiento, el caos y la explotación.
Debemos recuperar ese impulso ético
En el mundo entero, las personas tienen el derecho fundamental a disfrutar de un medio ambiente limpio, saludable y sostenible. Tienen derecho a que se les garantice que el aire que respiran, el agua que beben y la tierra donde viven están libres de contaminación y deterioro.
Sin embargo, tanto en Europa como en Asia Central y en muchas otras regiones del mundo, las devastadoras repercusiones del cambio climático, la contaminación y la pérdida de la biodiversidad están acabando con los medios de subsistencia de millones de personas, destruyendo esperanzas, oportunidades, hogares y vidas.
Los ecosistemas saludables y la biodiversidad son el fundamento de la vida en el planeta. Pero actualmente estamos en medio de una crisis climática y de biodiversidad que nosotros mismos hemos causado y que amenaza a toda la humanidad.
En Europa y Asia Central, los jóvenes, en particular, han venido alertando de que es urgente abordar el deterioro medioambiental. Felicito a estos activistas por su lucidez y determinación. Necesitamos mayores esfuerzos para elaborar leyes y planes de acción que desemboquen en medidas rápidas y decisivas para suprimir el uso de combustibles fósiles, proteger a los defensores de los derechos medioambientales y promover una transición equitativa hacia una economía justa y sostenible, basada en los derechos humanos.
Insto a todos los Estados a que reconozcan explícitamente el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible.
La aprobación, por parte de los principales órganos regionales, de nuevos instrumentos legales sobre el derecho a un medioambiente saludable podría mejorar los esfuerzos para aclarar quién o quiénes son responsables del deterioro medioambiental y garantizar que rinden cuentas de sus actos. También aplaudo la idea de que se examine la propuesta de establecer un delito internacional de ecocidio, en los casos que se hayan generado daños graves al medio ambiente.
Necesitamos compromisos más enérgicos de los Estados, tanto en lo que concierne a las actuales negociaciones sobre los plásticos y la biodiversidad, como en el contexto de la financiación del desarrollo y la lucha contra el cambio climático.
Y tenemos que impulsar medidas prácticas.
Para lograrlo, necesitamos que las personas -gente como ustedes- sigan presionando en favor de la justicia y los derechos. Un espacio cívico libre y abierto para los defensores de los derechos medioambientales -entre otros, los jóvenes, las mujeres y los activistas de los pueblos indígenas- es fundamental para garantizar soluciones eficaces a esta crisis. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) reconoce claramente que la participación es la clave que puede fomentar la adopción de medidas más eficaces, resilientes y sostenibles en materia de acción climática. Es menester que los Estados tomen medidas al respecto, no sólo creando espacios de debate, sino abriendo las puertas a influencias significativas.
Debemos llevar las demandas populares relativas a la justicia climática a los Parlamentos, los foros de múltiples interesados, los tribunales y a todas las demás instancias. Yo he manifestado nuestro compromiso de colaborar con los Estados en la promoción del derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible, tanto para los niños de hoy como para las generaciones venideras.
A medida que se acerca el evento de alto nivel de la iniciativa Derechos Humanos 75 que tendrá lugar en diciembre próximo, insto a todos los Estados Miembros, las organizaciones regionales, los gobiernos locales y los activistas de la sociedad civil a que contraigan compromisos genuinos, basados en los derechos humanos, en materia de acción medioambiental, mediante promesas renovadoras que reflejen nuestra consagración común a la consecución de un futuro sostenible y equitativo.
Debemos comprometernos a lograr la eliminación gradual de todos los combustibles fósiles.
Debemos comprometernos a exigir la rendición de cuentas de todos los agentes cuando vulneren el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible.
Debemos comprometernos a apoyar la participación libre, significativa, activa, segura e informada de todas las personas en la toma de decisiones relativas al medio ambiente, incluso de quienes resultan afectados de manera desproporcionada, tales como los pueblos indígenas, las personas que viven en la pobreza y los que padecen alguna discapacidad.
Debemos tomar medidas para proteger los derechos de las generaciones venideras.
Gracias por ayudarnos a impulsar todos los derechos humanos, incluso el derecho a un medio ambiente saludable, para todos.
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