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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Al recordar el Holocausto, Türk exige poner fin al antisemitismo y el racismo

Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto - "Reconocimiento del gran valor de las víctimas y supervivientes del Holocausto"

27 enero 2024

Pronunciado por

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Lugar

Ginebra

Hoy es un día de suma importancia.  Recordamos y rendimos homenaje a los millones de víctimas del Holocausto nazi: niños, mujeres y hombres a quienes se infligieron sufrimientos atroces e injusticias a manos de una maquinaria abominable de asesinatos en masa.

Cerca de seis millones de judíos fueron asesinados en el Holocausto, entre los que se encontraban 1,5 millones de niños. Millones de personas de otros grupos afectados también murieron, entre ellos población romaní y sinti, eslavos, personas con discapacidad, personas LGBTIQ+, miembros de redes de la resistencia y otros opositores al nazismo.

Seis campos de exterminio en Auschwitz-Birkenau, Belzec, Chelmno, Majdanek, Sobibor y Treblinka, estaban dotados de maquinaria diseñada para asesinar específicamente a escala masiva e industrial. Solo en Auschwitz murieron casi un millón de judíos. Millones más fueron encarcelados, sufrieron abusos y fueron asesinados en una red amplia de otros miles de campos de concentración, donde eran objeto de trabajos forzados, incluyendo la esclavitud sexual, y de experimentos médicos.

La magnitud de estos crímenes involucró a numerosos autores. Los campos de concentración y los trenes de la muerte nazis estaban provistos de personal. Las víctimas eran delatadas con frecuencia ante la policía y, por tanto, sentenciadas a muerte por personas conocidas. Innumerables transeúntes miraban hacia otro lado —o actuaban con indiferencia— ante lo que deberían sospechar como una brutalidad extraordinaria e inhumana. La deshumanización que dio rienda al Holocausto —la profundidad y la intensidad de esta falta de empatía y sentimiento hacia otros seres humanos— resulta incomprensible y aterradora.

Es nuestro deber encontrar respuestas a cómo se podría haber evitado estos crímenes. De lo contrario, podrían repetirse.

Como parte de esta labor y ante la negación del genocidio, es esencial garantizar el conocimiento histórico preciso del Holocausto, o Shoah, con todos sus detalles demoledores.

El testimonio de los supervivientes del Holocausto resulta al mismo tiempo esencial para ese fin y un proceso sumamente doloroso. Simone Veil, que posteriormente fue magistrada y presidenta del Parlamento Europeo, entró en Auschwitz-Birkenau con 16 años. Hasta su fallecimiento en 2017, se dedicó a dar charlas a escolares y otro tipo de público sobre la brutalidad, el terror, la humillación y la esclavitud que ella, su familia y tantas otras personas tuvieron que sufrir. Además, relató momentos de ternura y valentía, encuentros con otros prisioneros que fueron muy conmovedores.

La austriaca Helga Pollak-Kinsky, superviviente del Holocausto, dio una conferencia en Naciones Unidas en Ginebra sobre los adultos —“cuidadores, docentes, artistas”— que ayudaron a los niños en los campos a “mantener la fe en nosotros mismos y en la humanidad”. Viktor Frankl y muchos otros también han hablado de los lazos humanos que se forjan en estas condiciones terribles, y las formas en que esos lazos de sentimientos ayudaron a las personas a mantener la cordura y a sobrevivir a los campos.

Rindo homenaje al gran valor y a las lecciones importantes que tantos supervivientes nos han aportado. Admiro su resiliencia. Les agradezco de todo corazón la humanidad y el altruismo de su testimonio.

El horror mundial ante el Holocausto culminó directamente en la adopción de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, así como a la Declaración Universal de Derechos Humanos hace 75 años.  También fue determinante a la hora de aprobar el Convenio Europeo de Derechos Humanos y un sinfín de tratados que consagran nuestra igualdad, dignidad y derechos contra la tiranía y la miseria.

Constituyen las convenciones, principios y valores que deben defenderse por siempre.

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. El antisemitismo y todas las formas de racismo o discriminación racial o religiosa son intolerables. Inaceptables. Debemos alzarnos contra la deshumanización hoy y siempre. Debemos trabajar por superar la indiferencia y reforzar nuestra comprensión y empatía para con los demás. Los crímenes atroces del Holocausto no deben olvidarse nunca.

Para más información y solicitudes de medios de comunicación, póngase en contacto con:

En Ginebra
Ravina Shamdasani - + 41 22 917 9169 / ravina.shamdasani@un.org
Liz Throssell + 41 22 917 9296 / elizabeth.throssell@un.org or

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