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Declaraciones Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Es el momento de la naturaleza

Mensaje de vídeo

19 julio 2022

Pronunciado por

Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet

En

Debate temático de Alto Nivel de la Asamblea General

Excelencias, colegas y amigos:

Este año conmemoramos el 50º aniversario de la Declaración de Estocolmo. En ese documento se hace hincapié, de manera muy clara, en que toda persona tiene “el derecho fundamental a la libertad, la igualdad y el disfrute de condiciones de vida adecuadas en un medio de calidad tal que le permita llevar una vida digna y gozar de bienestar”.

Por desgracia, el ideario compartido de la Declaración de Estocolmo, las Convenciones de Río y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible sigue estando muy lejos de nuestro alcance.

El perjuicio constante que la humanidad está infligiendo a nuestro medio ambiente común a través del cambio climático, la contaminación y la pérdida de la diversidad natural y biológica se está volviendo contra nosotros mismos en la forma de graves sufrimientos humanos.

Esta triple crisis mundial es el mayor problema de derechos humanos que afronta nuestro tiempo.

Es una situación que fomenta en gran escala el hambre, la escasez de recursos hídricos, las enfermedades y la muerte.

Y sabemos que quienes padecen estos perjuicios son a menudo los menos responsables de causarlos.
Tenemos una hoja de ruta para abordar esta desigualdad y esta injusticia.

Un enfoque para abordar la crisis medioambiental basado en los derechos humanos puede cerrar la brecha que separa a los compromisos medioambientales de las acciones necesarias para cumplirlos, que a menudo quedan incompletas. Esta estrategia también hace hincapié en la necesidad de reforzar las obligaciones legales de acción en vez de remitirse simplemente a políticas discrecionales.

En el contexto de la acción medioambiental, una estrategia basada en los derechos humanos requiere la cooperación y la movilización de recursos. Dicha estrategia también hace hincapié en la necesidad de garantizar una participación significativa y fundamentada y de velar por que toda la población se beneficie de la ciencia y sus aplicaciones.

Esta estrategia ayuda a superar los intereses creados que colocan el beneficio económico por delante de las personas y el planeta, y a fortalecer los marcos de rendición de cuentas que todavía son inadecuados.

Con arreglo al derecho internacional de los derechos humanos, los Estados tienen el deber de respetar, proteger y cumplir con los derechos para todos.

También las empresas tienen la responsabilidad de respetar los derechos humanos.

Y cuando las vulneraciones de derechos humanos llegan a producirse, las personas afectadas han de tener acceso a la justicia y a remedios eficaces.

El informe más reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) pone de relieve el hecho de que entre las herramientas necesarias para abordar el cambio climático figuran las estrategias basadas en los derechos humanos. El último informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), relativo a los diversos valores y evaluaciones de la naturaleza, confirma esta conclusión.

Según la Plataforma, “el reconocimiento y el respeto de las cosmovisiones, los valores y los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas y las comunidades locales, así como de las instituciones que apoyan sus derechos, territorios o intereses… se traducen en mejores resultados para las personas y la naturaleza”.

Cuando invertimos en medidas inclusivas de protección social y medioambiental, centradas en los derechos humanos, esos enfoques empoderan a la gente y los convierten en agentes de cambios positivos en la naturaleza.

El simple reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas a sus tierras, recursos y territorios tradicionales puede ser un instrumento de transformación.

Este reconocimiento mejora los resultados de los esfuerzos de transformación y promueve el bienestar humano.

Los Estados deben aprovechar esta oportunidad de negociar el marco de trabajo de la biodiversidad mundial posterior a 2020 para alcanzar compromisos sobre medidas que protejan la naturaleza y los derechos humanos.

La Asamblea General también dispone de una oportunidad similar.

El “Momento de la Naturaleza” que existe hoy coincide con las negociaciones sobre una resolución de la Asamblea General relativa al derecho humano a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible.

Les exhorto a que aprueben esta resolución, que será una señal poderosa de que los países del mundo reconocen la sencilla verdad de que nuestros derechos humanos están intrínsecamente ligados a la salud de nuestro medio ambiente común. Mi Oficina está en disposición de colaborar con ustedes, con el resto del sistema de las Naciones Unidas y con los derechohabientes del mundo entero para lograr que el derecho a un medio ambiente saludable llegue a ser realidad.

Muchas gracias.

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