Declaraciones Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Discurso de la Subsecretaria General Brands Kehris en el acto conmemorativo de los 75 aniversarios de la Declaración Universal de Derechos Humanos, las operaciones de mantenimiento de la paz y las misiones políticas especiales de las Naciones Unidas / ACNUDH
12 julio 2023
Lugar
Nueva York
Unidos por la paz y los derechos humanos: El 75º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, las operaciones de mantenimiento de la paz y las misiones políticas especiales de las Naciones Unidas
Discurso inaugural de la Subsecretaria General para los Derechos Humanos, Ilze Brands Kehris
Les doy la más cordial bienvenida a este acto, que nuestra Oficina del ACNUDH tiene el honor de acoger, conjuntamente con el Departamento de Asuntos Políticos y Consolidación de la Paz, y el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, para celebrar el 75º aniversario de tres eventos que fueron hitos en la historia de la Organización: La primera misión política realizada por un enviado especial de las Naciones Unidas para actuar como mediador en negociaciones de paz, la primera operación de mantenimiento de la paz realizada por las Naciones Unidas y la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Todo lo anterior ocurrió en 1948, solo tres años después de la adopción de la Carta de las Naciones Unidas. Sus redactores habían colocado los derechos y las libertades fundamentales en el centro de la Carta, porque habían visto cómo las vulneraciones de derechos humanos habían propiciado el estallido de la Segunda Guerra Mundial y, por consiguiente, comprendieron la función esencial que esos derechos desempeñaban en la prevención de la guerra y los conflictos. La Carta estipula, en sus principios y objetivos, que la protección de los derechos humanos refuerza los objetivos de paz y seguridad de las Naciones Unidas. Como señaló el Secretario General, la Declaración y los tratados que se han derivado de ella constituyen la mejor herramienta de prevención de la que disponemos.
La Declaración Universal es un testimonio perdurable de nuestro compromiso conjunto con la dignidad y la igualdad de todas las personas. Sus principios e ideales han guiado a innumerables individuos y movimientos libertarios en el mundo entero. Esas ideas constituyen la base del derecho internacional de los derechos humanos. Hoy tenemos la ocasión de ratificar nuestro compromiso común de defender la universalidad y la indivisibilidad de los derechos humanos, incluso mediante operaciones de mantenimiento de la paz y misiones políticas.
El carácter fundamental de los derechos humanos en la agenda de paz y seguridad está ampliamente reconocido en los documentos básicos de las Naciones Unidas, -comprendidos, entre otros, el Informe Brahimi del año 2000: el Informe del Secretario General de 2005 titulado Un concepto más amplio de la libertad (In Larger Freedom) y el Informe del Secretario General sobre las futuras operaciones de mantenimiento de la paz- que han sentado las bases de las operaciones integradas y pluridimensionales de mantenimiento de la paz.
Tal como subraya el Llamamiento del Secretario General a la Acción en favor de los Derechos Humanos de 2020, todo el personal de las Naciones Unidas -tanto civil como militar- tiene la responsabilidad de promover y proteger los derechos humanos mediante sus funciones y se espera que no solo defiendan esos derechos, sino que los hagan avanzar mediante sus actividades.
Las operaciones de mantenimiento de la paz y las misiones políticas especiales sirven de mecanismos críticos para la prevención de conflictos, facilitan las transiciones políticas y los esfuerzos en pro de la construcción de la paz. En estos contextos, los derechos humanos pueden desempeñar una función transformadora al promover sociedades más integradoras, reforzar el Estado de Derecho y abordar las causas profundas de los conflictos.
En los lugares donde se han desplegado estas misiones, los derechos humanos han impulsado la agenda de paz y seguridad, al garantizar que el enfoque de las Naciones Unidas sobre el compromiso político se valora a través de su repercusión sobre los derechos humanos del conjunto de la población.
Buen ejemplo de lo anterior es el sólido respaldo que las operaciones de paz han proporcionado a los procesos de justicia de transición para garantizar que las transiciones políticas van acompañadas de los necesarios mecanismos de rendición de cuentas, búsqueda de la verdad y reparaciones, por ejemplo en la República Democrática del Congo, la República Centroafricana, Malí y Sudán del Sur. Otro ejemplo es la política de debida diligencia en materia de derechos humanos, que tiene por objeto establecer una relación constructiva con las fuerzas de seguridad e influir positivamente en la conducta, la sensibilización y la rendición de cuentas en estos cuerpos. Durante casi dos decenios, los derechos humanos han sido un componente habitual de la mayoría de las operaciones de mantenimiento de la paz y han contribuido -como veremos- al mandato general de la operación para fomentar una paz duradera. Esta confluencia está regulada por el documento de política conjunta suscrito en 2011 entre el ACNUDH y los departamentos de Operaciones de Paz, Asuntos Políticos y de Mantenimiento de la Paz y Apoyo Operacional.
El seguimiento de los derechos humanos, la elaboración de informes y las tareas de promoción forman parte indispensable de las misiones de paz. Los informes relativos a los abusos y las violaciones de derechos humanos pueden servir de catalizadores a la justicia, la rendición de cuentas y las reparaciones para las víctimas. Esta tarea contribuye a prevenir futuras violaciones y promueve la cultura de los derechos humanos y el respeto hacia el Estado de Derecho.
También existe un reconocimiento cada vez mayor de la importancia de los derechos humanos en los esfuerzos de mediación y en la labor de las misiones políticas especiales (MPE). En este aspecto, quiero agradecer la permanente cooperación establecida entre el Departamento de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz y el ACNUDH en lo tocante a la función de los derechos humanos en las tareas de mediación.
Nos reunimos en un momento en que nuestro Alto Comisionado, Volker Türk, mediante su iniciativa Derechos Humanos 75, trata de reforzar la manera en que los derechos humanos se integran e influyen en el trabajo general del sistema de las Naciones Unidas. Este momento también coincide con la preparación de la Cumbre del Futuro, evento en que se propondrá una nueva Agenda para la Paz, en la que se examinarán los medios para actualizar y fortalecer el dispositivo de paz y seguridad de las Naciones Unidas.
Somos conscientes de los desafíos que todavía nos quedan por superar. En muchas situaciones de conflicto y postconflicto, las vulneraciones de derechos humanos no cesan. Debemos abordar la violencia sexual y de género, proteger la libertad de expresión y de reunión, luchar contra la discriminación, promover los derechos económicos, sociales y culturales y velar por la protección de los derechos humanos en la era digital. En estas tareas solo podremos alcanzar buenos resultados mediante la colaboración y el máximo aprovechamiento de nuestros respectivos mandatos y ámbitos de competencia, en beneficio de la dignidad humana y la paz para todos.
Muchas gracias.
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