Los estereotipos y el miedo impiden todavía que muchas personas accedan a la atención sanitaria, afirman los expertos.
24 octubre 2017
El doctor Luiz Loures, Director ejecutivo adjunto del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), admite sin ambages que no es un experto en materia de derechos humanos.
El Dr. Loures es un médico con decenios de experiencia y ha visto en primera persona cómo la ignorancia y la estigmatización pueden impedir el acceso a la atención sanitaria.
Loures ya era médico antes de que comenzara la epidemia de VIH/SIDA. En aquella época, experimentó de primera mano el estigma y el miedo asociado con el VIH/SIDA. Solía hacer turnos de 18 horas en el hospital, porque sus colegas temían atender a los pacientes infectados con el VIH/SIDA. Además, si se llegaba a diagnosticar a los pacientes, se hacía tardíamente, porque los enfermos tenían miedo al estigma que conllevaba la enfermedad.
Las cosas han cambiado desde que comenzó la crisis del VIH/SIDA hace 30 años, declaró Loures, pero la discriminación contra las personas portadoras del VIH/SIDA sigue siendo una barrera para acceder a la atención médica, por culpa de los estereotipos y demás estigmas.
"Lo que veo es que, en términos de estigmatización, […] parece que estuviésemos atascados en la década de 1980", añadió Loures. "Y lo que está claro es que al día de hoy la estigmatización sigue matando y nos aboca a una nueva crisis sanitaria”.
El Dr. Loures formuló estas declaraciones durante una mesa redonda sobre la discriminación y el cumplimiento del derecho a la salud, realizada en el marco del Foro Social del Consejo de Derechos Humanos. El Foro consiste en una conferencia anual de tres días, que congrega a funcionarios gubernamentales, ONG, organismos de las Naciones Unidas y otros, para centrarse en cuestiones específicas y en cómo los derechos humanos pueden guiarnos en el camino a seguir. Este año, el Foro Social se centró en "la promoción y protección de los derechos humanos en el contexto de la epidemia de VIH/SIDA y otras epidemias y enfermedades transmisibles".
En muchas comunidades, el acceso a la atención médica es inalcanzable o se ve limitado por diversas razones como la estigmatización, los estereotipos, la lejanía de la infraestructura o la falta de confidencialidad del cliente/paciente. Durante el Foro, varios debates se centraron en cómo los derechos humanos son la clave para que todo el mundo tenga acceso a la atención médica.
Según el informe publicado por el ONUSIDA sobre cómo hacer frente a la discriminación relacionada con el VIH/SIDA en el ámbito de la atención médica, el 40 por ciento de las personas transexuales no buscó atención médica debido a su propia identidad", declaró Michel Sidibe, Director Ejecutivo del ONUSIDA.
A Phylesha Brown-Acton no le sorprende esa estadística. En su condición de miembro del Comité Regional de Dirección de la Red de Transexuales del Pacifico (APTN por sus siglas en inglés), la Sra. Brown-Acton declaró que desde hace tiempo los transexuales confrontan dificultades para acceder a la atención médica. Ya sea a causa de los estereotipos, el estigma asociado al hecho de ser ellos mismos o la ausencia de reconocimiento legal de género, muchas personas transexuales son incapaces de acceder a los servicios que necesitan.
"Estos son casos y obstáculos mediante los que se crean situaciones donde son discriminados en los servicios sanitarios de atención primaria y se ven marginados de forma perjudicial para su salud", dijo la Sra. Brown-Acton.
La comunidad con la que trabaja Brun González, considera que la ley respalda a menudo a los estereotipos y la estigmatización. González preside la Red Internacional de Usuarios de drogas, un colectivo sometido a duras críticas debido a la penalización del consumo de drogas y a sus repercusiones negativas.
"Los trabajadores sanitarios proveedores de servicios médicos ven a las personas que usan drogas como delincuentes, involucrados en organizaciones criminales, que representan una carga, son retorcidos, trastornados, gente enferma carente de moralidad o valores", dijo González " Por lo que no quieren involucrarse con ellos, ofrecerles sus servicios, ni usar agujas para administrarles los medicamentos".
Pero aun así hay esperanza mediante los derechos humanos, dijo el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein. Hay pruebas sustanciales de que las políticas sanitarias y los programas basados en los derechos humanos arrojan mejores resultados sanitarios en todos los contextos, declaró Zeid al dirigirse al Foro.
“Sabemos lo que hay que hacer y por qué hay que hacerlo, y sabemos también que esas medidas son lógicas desde el punto de vista económico. Las epidemias y las pandemias demuestran que la salud de todos está interconectada –no sólo en el sentido literal del contagio, sino también en términos de repercusión económica y social-. Un corpus extenso y detallado de leyes nacionales e internacionales estipula el alcance del derecho a la salud. El acceso a la atención sanitaria de calidad no es un privilegio de unas pocas personas acaudaladas, sino un derecho universal, y allí donde ese derecho recibe prioridad, todos se benefician”.
24 de octubre de 2017