Experta: la detención prolongada es una «mancha oscura en nuestro consciente colectivo»
27 abril 2022
«Todos deberíamos sentirnos profundamente preocupados por la realidad actual de la detención arbitraria prolongada y las torturas, así como el trato cruel, inhumano y degradante que llevan produciéndose sin descanso desde 2001,» aseguró Fionnuala Ní Aolàin, la Relatora Especial sobre la promoción y la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo.
«Todos estos hechos son manchas oscuras en nuestra consciencia colectiva. Los lugares de detención arbitraria colectiva en masa y de torturas simplemente no deberían existir y no son tolerables.»
Ní Aoláin se dirigió al Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, donde presentó un informe sobre prácticas en todo el mundo de detención en secreto durante los años posteriores a los sucesos del 11 de septiembre de 2001, así como sobre el traslado de detenidos al centro de detención de Guantánamo, Cuba.
La detención que continúa de 38 hombres en Guantánamo, en condiciones prácticamente de tortura, bajo un trato inhumano y degradante según el derecho internacional, así como el no haber existido rendición de cuentas por la tortura y otros cientos de actos ilegales exige de acciones inmediatas, afirmó el informe. Ninguna de las personas entregadas o torturadas durante la denominada «guerra contra el terror» recibió una reparación judicial completa y adecuada.
El ignorar la implementación de las recomendaciones de un estudio conjunto de 2010 para acabar con las violaciones generalizadas de derechos humanos que se normalizaron en nombre de la «lucha contra el terrorismo» ha dado pie a violaciones continuas de los derechos humanos en numerosos estados, señaló el informe, «con consecuencias trágicas y profundas para personas que fueron de forma sistemática torturadas, entregadas a través de fronteras, detenidas de forma sistemática y privadas de sus derechos más fundamentales.»
Detención arbitraria de Uigures
La relatora especial destacó dos ejemplos concretos, de manera específica en China y en la República Árabe de Siria, de prácticas actuales de «detención arbitraria en masa y de tortura, trato cruel, inhumano y degradante.»
«Este Informe identifica además una grave preocupación por prácticas de detención arbitraria masiva y secreta además de otras violaciones graves del derecho internacional dirigidas contra los Uigures y otros grupos étnicos en la Región Autónoma de Xinjiang Uighur,» afirmó Ní Aoláin.
«Justificadas bajo la consigna de la “re-educación”, hemos averiguado que estas prácticas de detención vulneran los derechos más fundamentales, incluyendo el derecho a no ser privado de libertad de manera arbitraria; el derecho al respeto de la vida familiar, incluyendo la prohibición de la separación forzada; así como los derechos a la libertad de expresión, asociación y religión o creencias, así como a otros derechos culturales, económicos y sociales,» afirmó.
«Un agujero negro en los derechos humanos»
En Siria, Ní Aoláin mencionó la situación crítica de miles de hombres, mujeres y niños que siguen retenidos en una situación de detención arbitraria masiva en el noreste de Siria, una situación que el informe describe como «un agujero negro en los derechos humanos.»
Desde 2019, existen aproximadamente 10.000 hombres y 750 niños, algunos incluso con solo nueve años, detenidos por su presunta asociación con el EIIL (Estado Islámico en el Iraq y el Levante) en centros de detención localizados en el noreste de Siria, los cuales son en su mayoría escuelas y hospitales reconvertidos, añadió el informe.
«Ninguna sociedad decente o con valores humanos debería tolerar el dejar a sus niños en una situación de detención arbitraria grave,» interpeló Ní Aoláin al Consejo.
Este informe dibuja una línea clara y sostenida entre la tortura y la entrega extraordinaria que acompañaron a la denominada «guerra contra el terror» con las prácticas contemporáneas de detención arbitraria masiva y de tortura, trato cruel, inhumano y degradante en la región de Xinjiang en China y en el noreste de Siria
Ní Aoláin también abordó la situación de los 38 hombres musulmanes que aun permanecen retenidos en Guantánamo, lo que describe como “violaciones constantes del derecho internacional.”
“Muchos de estos hombres están a punto de iniciar su vigésimo año bajo custodia de Estados Unidos. Muchos de ellos han tenido que sobrevivir a las torturas,” afirmó.
En su informe, la relatora especial también expresó su preocupación por la evolución de prácticas de detención ‘secreta’ a prácticas de garantías y de traspasos formalmente legales las cuales se saltan la protección de derechos humanos fundamentales.
“Me inquieta especialmente la escala y las consecuencias de estas prácticas en las que están implicados la Federación Rusa así como países de la Comunidad de Estados Independientes,” declaró.
Lo que es más, el informe destacó las consecuencias de medidas contraterroristas para los derechos de mujeres, niñas y familias.
Familias de personas detenidas, desaparecidas, torturadas y encarceladas durante años y sin juicio han experimentado violaciones continuas de su derecho a tener familia y a vida íntima, prácticas que no deberían estar toleradas por sociedades civilizadas, aseguró el informe.
Ní Aoláin recalcó la necesidad de proporcionar reparación y rehabilitación adecuadas a personas y sus familias las cuales han sido víctimas de entrega extraordinaria y de torturas, a la vez que añadía que “estas graves violaciones del derecho internacional no prescriben.”
La relatora especial también subrayó que es imperativo exigir responsabilidades a personas, instituciones y estados, no solamente para prevenir la impunidad sino también como un aspecto fundamental de la garantía de no repetición.
Finalmente, Ní Aoláin hizo un llamamiento especial a los estados para que garanticen que estos centros de detención sean plenamente accesibles a la supervisión independiente de derechos humanos con el fin de evaluar los daños sufridos por las personas que permanecen allí.
“Es precisamente la falta de acceso, transparencia, rendición de cuentas y reparaciones lo que ha permitido y sostenido un entorno permisible para la detención y daños contemporáneos a gran escala para personas,” resumió.