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Notas de prensa Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Gaza: Informe desde el terreno

19 enero 2024

Soldados israelíes de pie junto a un camión cargado con detenidos palestinos sin camisa, durante el conflicto en curso entre Israel y el grupo islamista palestino Hamas, en la Franja de Gaza. 8 de diciembre de 2023. © REUTERS/Yossi Zeliger

Desde

Director de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en el Territorio Palestino Ocupado Ajith Sunghay

Lugar

Rafah

Estamos a punto de alcanzar otro nuevo hito turbador en Gaza: aproximadamente 25.000 personas muertas, según el Ministerio de Sanidad de Gaza. El setenta por ciento de las cuales son mujeres y niños. Otras 61.500 personas, como mínimo, han resultado heridas. Varios miles de personas más permanecen aún bajo los escombros, muchas de ellas presumiblemente muertas.

Llevo en Gaza desde el lunes, por ahora solamente en Rafah. Voy a compartir con ustedes lo que he podido observar hasta la fecha. 

Siguen llegando miles de personas a Rafah procedentes de distintas localizaciones, en situaciones desesperadas, levantando refugios improvisados hechos con cualquier material que consiguen encontrar. He visto hombres y niños desenterrando ladrillos para poder sostener tiendas de campaña hechas con bolsas de plástico. Estamos ante una descomunal crisis de derechos humanos.  Además de un desastre humanitario de una magnitud enorme, ocasionado por los humanos. Gaza necesita de un incremento urgente de la ayuda humanitaria que recibe, incluyendo para su capacidad de respuesta de protección.

Tenemos aquí un entorno semejante a una olla de presión, en un caos completo, dada la terrible situación humanitaria, la escasez de distintos tipos, además de un miedo y rabia generalizados. El apagón de las comunicaciones ha continuado por sexto día consecutivo, lo que aumenta la confusión y el miedo, además de impedir a los y las gazatíes acceder a servicios e información sobre las zonas a las que pueden evacuar.

Los bombardeos masivos de Gaza Central y de Khan Younis son claramente visibles y audibles desde Rafah: especialmente de noche, puedo oír los bombardeos, en ocasiones varias veces a la hora.  La noche es sin duda el momento más aterrador para la población, incluso en Rafah. Pienso también en los más de 100 civiles que siguen retenidos como rehenes en Gaza, a los que no podemos ver, y quienes sin duda alguna escuchan los mismos sonidos y sienten el mismo miedo.

Durante el tiempo que llevo aquí, he conseguido reunirme con varios detenidos que fueron puestos en libertad. Estos hombres fueron retenidos por las Fuerzas de Seguridad de Israel en lugares desconocidos durante períodos de tiempo que oscilan entre los 30 y los 55 días. Ellos me describieron cómo recibieron golpes, cómo fueron humillados, sometidos a malos tratos, además de ser objeto de lo que podría constituir tortura. Ellos denunciaron cómo se les vendaron los ojos durante largos períodos de tiempo, a algunos de ellos durante varios días consecutivos. Un hombre declaró que solamente había tenido acceso a una ducha una vez durante los 55 días que duró su detención. Hay también informes que señalan que varios hombres fueron puestos en libertad posteriormente, pero vistiendo solamente pañales, sin ninguna otra ropa adecuada para resistir a este tiempo frío.

Lo que me narraron coincidía con los informes que ha venido reuniendo nuestra Oficina sobre la detención de palestinos a gran escala, incluyendo a numerosos civiles, los cuales son retenidos en lugares secretos, siendo a menudo objeto de malos tratos, sin tener acceso a sus familias, abogados o a tutela judicial efectiva. No se ha proporcionado información alguna a las familias de los detenidos, los cuales se calcula que son miles, sobre la suerte o localización de sus seres queridos.

Israel debe dar pasos urgentes para asegurar que todos los detenidos son tratados en línea con las normas internacionales de derechos humanos y del derecho internacional humanitario, de forma especial con pleno respeto por sus derechos al debido proceso.

Al menos que Israel pueda demostrar razones imperiosas de seguridad para que todas las personas detenidas sigan estando bajo custodia, estas deberán ser bien imputadas o puestas en libertad. Las autoridades israelíes deben asegurar que las familias tienen acceso a información acerca de sus seres queridos.  Todas las acusaciones de malos tratos o de tortura de personas detenidas deben ser investigadas en su totalidad y de manera transparente y, si se demostrara que han sucedido, se deben llevar a cabo medidas para garantizar la rendición de cuentas y para evitar que vuelvan a repetirse. Las víctimas y sus familias tienen derecho a la verdad, a justicia y a reparaciones. 

Quiero terminar con una rotunda petición desde Gaza, por encima de cualquier cosa, para que se produzca un alto el fuego inmediato, por razones humanitarias y de derechos humanos, y para que se ponga en libertad a todos los rehenes. Estos actos horribles no pueden nunca ser normalizados.

Para más información y solicitudes de medios de comunicación, póngase en contacto con:

En Ginebra
Ravina Shamdasani - + 41 22 917 9169 / ravina.shamdasani@un.org
Liz Throssell + 41 22 917 9296 / elizabeth.throssell@un.org
Marta Hurtado - + 41 22 917 9466 / marta.hurtadogomez@un.org

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