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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Türk informa de vulneraciones sin precedentes en Haití

Diálogo interactivo sobre Haití

02 abril 2024

Pronunciado por

Declaración en vídeo de Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En

55ª Sesión del Consejo de Derechos Humanos

Excelencias,
Distinguidos delegados:

Esta reunión sobre Haití tiene lugar en un momento crítico para ese país.

La situación de Haití, que ya era alarmante, se ha deteriorado rápidamente en las últimas semanas. Esta situación está claramente documentada en el informe que mi Oficina ha presentado hoy.

Haití está sumido en un caos total, que comenzó con los disturbios civiles de principios de este año.

A esos disturbios siguió, desde finales de febrero, una serie de ataques coordinados y constantes de las pandillas de delincuentes contra comisarías de policía, prisiones, elementos esenciales de infraestructura y otras instalaciones públicas y privadas, con el fin explícito de derrocar a las autoridades actuales.

En la actualidad, está vigente el estado de emergencia. Y mientras las instituciones se derrumban, el gobierno de transición todavía no ha asumido sus funciones.

La población haitiana espera ansiosa el resultado de esas negociaciones para implantar los acuerdos de transición, que eventualmente podrían despejar el camino hacia las elecciones. También es urgente que se inicie el despligue de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), aprobada por el Consejo de Seguridad.

El pueblo de Haití no puede esperar más.

La escalada de violencia ha tenido una repercusión devastadora sobre la población. Todos los derechos humanos han padecido sus efectos.

Tan solo entre el 1 de enero y el 20 de marzo, 1.434 personas han muerto y 797 han resultado heridas en actos de violencia perpetrados por las pandillas en todo el país. Este ha sido el periodo más violento desde la implantación, hace dos años, de los mecanismos de derechos humanos relativos a la violencia de las pandillas instalados por nuestro personal en Haití.

Ha habido un impresionante aumento del número de secuestros y asesinatos. En particular, la violencia sexual hacia las mujeres y las jóvenes se ha generalizado y ha alcanzado niveles sin precedentes. A medida que aumenta el número de desplazados internos -que ahora superan ya los 360.000, según el IOM-, también crece el riesgo de violencia sexual, en la medida en que la gente se encuentra alejada de sus hogares y sus comunidades.

La escala de los abusos de derechos humanos no tiene precedentes en la historia moderna de Haití.

Esta situación constituye una catástrofe humanitaria para un pueblo que ya estaba exhausto.

Se calcula que 5,5 millones de haitianos dependen ahora de la protección y la asistencia humanitaria, entre ellos 3 millones de niños.

Una cifra de record, que incluye a muchos niños que padecen terriblemente a causa de la desnutrición aguda o la consunción.

El último índice integrado de seguridad alimentaria (IPC) estimó que el 44 por ciento de la población padecía de inseguridad alimentaria.

El sistema sanitario está al borde del colapso.

Y lo que es aún más preocupante, la entrega de nuevas remesas de ayuda humanitaria resulta casi imposible.

Excelencias:

Hace apenas un año, visité Port au Prince y fui testigo de la increíble fuerza y el coraje del pueblo de Haití.

Pienso ahora en dos jóvenes que conocí, una de ellas había sido víctima de una violación colectiva; la otra había sobrevivido a un disparo en la cabeza.

Lo que esas chicas han sufrido es horrorosamente similar a lo que otros niños y jóvenes están padeciendo actualmente y a lo que otros miles han presenciado. Toda una generación corre el riesgo de verse aplastada por el trauma, la violencia y las privaciones.

Es preciso que pongamos fin a esta acumulación de sufrimiento. Y debemos mostrar a los niños haitianos lo que significa sentirse seguros, no sentir hambre y tener un futuro.

En el informe que he presentado hoy al Consejo hemos formulado recomendaciones sobre medidas que deben adoptarse con carácter urgente.

En primer lugar, la prioridad inmediata debe ser la de restaurar cierto grado de orden público para evitar nuevos daños a la población debidos a la violencia y para garantizar el acceso a la indispensable asistencia humanitaria.

Esta medida exige una sólida colaboración con la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, cuyo despliegue, espero, es inminente.

Todas las medidas que se adopten para restaurar la seguridad deben cumplir cabalmente con la normativa de derechos humanos.

Los corredores humanitarios han de establecerse lo más pronto posible.

Pido a todas las partes interesadas que sitúen el interés nacional firmemente en el centro de las negociaciones en curso, de modo que se puedan alcanzar, sin más dilación, los acuerdos necesarios sobre un gobierno de transición.

Las autoridades de transición deben trabajar con miras a crear las condiciones para la celebración de elecciones justas y libres.

Y deben iniciar el proceso de fortalecimiento de la policía y la justicia, de modo que se pueda restablecer el estado de derecho y, de ese modo, poner fin a la impunidad.

La protección de los menores de edad ha de ser una de las medidas de máxima prioridad, entre ellos los niños que han sido reclutados por las bandas armadas. Esta medida exigirá la implantación de programas específicos de reintegración, dotados de apoyo psicosocial prolongado, y el acceso garantizado a la educación y el cuidado sanitario de calidad.

Por su parte, la comunidad internacional debe tomar medidas más estrictas para prevenir el suministro, la venta, el desvío o la transferencia ilícitas de armas ligeras y munición con destino a Haití.

La lista de sanciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que se actualiza periódicamente, desempeña una función esencial para lograr la rendición de cuentas.

Estimados colegas:

Esta reunión puede y debe marcar un giro decisivo para Haití, un país que ha vivido una historia extraordinaria en su lucha contra la esclavitud, el colonialismo y la opresión. Ha llegado el momento de superar el bloqueo político, de reconstruir urgentemente la paz, la estabilidad y la seguridad en el país y devolver a los haitianos la esperanza que tanto necesitan.

Muchas gracias.

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