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El recrudecimiento de la lucha en Yemen causa grandes penalidades a la población civil

05 septiembre 2017

La niña de cuatro años de edad Buthaina Muhammad Mansour, única superviviente de un ataque aéreo realizado recientemente contra una vivienda de Sana’a, capital de Yemen, figura entre las últimas víctimas de un conflicto que ha generado la mayor crisis humanitaria del mundo actual. El bombardeo mató a los padres de Buthaina y a cinco de sus hermanos, y a ella le fracturó el cráneo y le causó una conmoción cerebral. Una fotografía de Buthaina en el hospital, que muestra sus heridas y vendajes, y en la que la niña trata de abrir uno de sus ojos inflamados, ha causado indignación en el mundo entero ante los sufrimientos que el conflicto ha infligido a la población yemení.

Al menos 5.000 civiles, entre los que figuran 1.120 niños, han muerto y más de 8.500 han resultado heridos en el conflicto, según la Oficina del ACNUDH, que ha vigilado la situación de Yemen desde que estalló la guerra en marzo de 2015. En el último informe que sometió al Consejo de Derechos Humanos este mes de septiembre, el ACNUDH presentó conclusiones que documentan un aumento considerable de las violaciones de derechos humanos perpetradas entre el 1 de julio de 2016 y el 30 de junio de 2017.

Mediante entrevistas con supervivientes, testigos y familiares de víctimas, así como visitas sobre el terreno y conversaciones con las autoridades, se pone de relieve una escalada de las hostilidades, un aumento del número de civiles fallecidos y un rápido deterioro de la situación humanitaria en Yemen. Según este último informe, se realizaron más ataques aéreos en la primera mitad del año en curso que en todo 2016. La consecuencia de este aumento ha sido un incremento del número de civiles muertos y el empeoramiento de la situación de emergencia humanitaria.

Un superviviente describió las secuelas de un bombardeo aéreo ocurrido en agosto de 2016, en Al Sofan, distrito de Ath’thaorah, en la provincia de Sana’a. El ataque destruyó una fábrica de alimentos, mató a 10 personas e hirió a otras 13.

“Los cuerpos estaban tan calcinados, que los familiares de las víctimas tuvieron dificultades para identificarlos. Algunos de los supervivientes permanecieron bajo los escombros durante varias horas”.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas calcula que unos tres millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares desde el inicio del conflicto, unos siete millones corren riesgo de hambruna y cerca de 19 millones, de una población total de 27,4 millones, necesitan asistencia humanitaria. Desde abril de 2017, más de medio millón de personas han padecido cólera, en una epidemia vinculada a la escasez de agua potable y de saneamientos adecuados.

“Por desgracia, la situación de derechos humanos en Yemen ha seguido deteriorándose como consecuencia del conflicto”, afirmó Elobaid Elobaid, jefe de la Oficina del ACNUDH en ese país. “Ha aumentado el número de bajas civiles y persisten las vulneraciones de derechos humanos, entre otras los ataques contra instalaciones sanitarias y educativas, así como el reclutamiento de niños para las unidades militares. Hay una represión permanente de la libertad de expresión y un cúmulo de violaciones de derechos económicos, sociales y culturales”.

La información compilada por la Oficina del ACNUDH indica que ambas partes en conflicto han realizado ataques al parecer indiscriminados contra la población civil, que ha sido blanco de bombardeos terrestres y aéreos directos. El informe señala además que quienes se oponen a las partes en conflicto han sido sometidos a acoso, detención y, en ocasiones, han sido víctimas de torturas y asesinatos, lo que plantea graves preocupaciones acerca del agravamiento de los abusos y las violaciones de derechos humanos en perjuicio de la población civil.

Las agresiones contra los civiles se han extendido recientemente a las aguas próximas a la costa occidental de Yemen, donde algunos barcos de pesca y embarcaciones que transportaban a migrantes han sido atacados por fuerzas militares. En uno de esos incidentes, un barco que transportaba a 146 migrantes somalíes fue atacado por un navío artillado y un helicóptero, con un saldo de 42 civiles fallecidos. Ninguna de las partes en conflicto se ha atribuido la autoría del hecho.

“En reiteradas ocasiones ha pedido a la comunidad internacional que tome medidas con miras a iniciar una investigación internacional independiente sobre las denuncias de que en Yemen se cometen graves violaciones de derechos humanos y del derecho internacional humanitario”, afirmó el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein. “Una investigación internacional sería un gran paso de avance y constituiría una advertencia a las partes en conflicto de que la comunidad internacional vigila la situación y está decidida a llevar ante los tribunales a los responsables de abusos y violaciones”.

Zeid también expresó su grave preocupación por la aparición de nuevas milicias afiliadas a Al-Qaida que aprovechan el vacío de seguridad creado en Yemen por la escalada del conflicto.

“Exhorto a todas las partes en conflicto, a quienes las apoyan y a quienes ejercen influencia sobre ellas, a que tengan piedad de la población de Yemen y a que adopten de inmediato medidas para garantizar la asistencia humanitaria a los civiles y la justicia a las víctimas de esas vulneraciones”, añadió el Alto Comisionado.

5 de septiembre de 2017

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