Apoyamos a varias generaciones de defensores de los derechos humanos, incluso durante la COVID-19
09 julio 2020
Antes de que la Presidencia de Sudán del Sur emitiese una declaración en la que anunciaba medidas para suavizar las restricciones adoptadas para contener la propagación de la COVID-19 el 7 de mayo de 2020, la División de Derechos Humanos de la Misión de la ONU en Sudán del Sur había recibido numerosas denuncias de violaciones de los derechos humanos entre las que se incluían arrestos y detenciones arbitrarios, malos tratos y extorsión por parte de la fuerzas de defensa y seguridad nacionales que aplicaban medidas de prevención contra la COVID-19.
Isha Kanu-Moriba es una Oficial de Derechos Humanos en la División de Derechos Humanos de la Misión de la ONU en Sudán del Sur. Está asignada a la Oficina para Ecuatoria Central en la capital de Sudán de Sur. Nos contó cómo continúa fomentando la capacidad de la sociedad civil y de otros actores con el fin de proteger los derechos humanos y denunciar violaciones.
¿Cómo ha afectado la COVID-19 a tu trabajo?
La pandemia de COVID-19 ha surgido cuando estaba a punto de organizar varios eventos de derechos humanos. Tenía prevista formación para estudiantes de la Universidad de Juba y que activistas de la sociedad civil creasen un club de derechos humanos en la Universidad. Los beneficiarios se sintieron profundamente decepcionados pues estaban muy motivados para aprender más sobre los derechos humanos. También tuve que interrumpir mis reuniones en persona para llevar a cabo investigaciones y monitorización de los lugares de detención, así como las reuniones con socios locales.
¿Qué está haciendo ACNUDH para proteger los derechos de la gente durante esta pandemia?
La División de Derechos Humanos de la Misión de la ONU en Sudán del Sur ha monitorizado la situación de los derechos humanos tras la imposición de las medidas restrictivas contra la COVID-19 a nivel nacional para prevenir la propagación del virus. La División ha monitorizado cómo aplican esas nuevas medidas las fuerzas de seguridad. Mi oficina ha seguido de cerca la situación en los lugares de detención, especialmente en la Prisión Central de Juba que alberga a reclusos de todo el país y que está muy saturada. La División ha promovido, en colaboración con las autoridades locales, la revisión de casos para la liberación de sospechosos en prisión preventiva y de reclusos con problemas de salud o encarcelados por delitos menores. También estamos organizando programas de entrevistas en la Radio de la ONU con el objetivo de concienciar a los oyentes sobre la pandemia, las medidas preventivas y qué respuesta adoptar, y las cuestiones relacionadas con los derechos humanos a considerar durante esta emergencia.
¿Cuáles son las principales cuestiones sobre derechos humanos en juego en su país en la respuesta a la COVID-19?
Las medidas introducidas por el Gobierno de Sudán del Sur para prevenir la propagación de la COVID-19 tienen un impacto indirecto sobre los derechos a la libre circulación, asociación y reunión, y en parte también sobre la libertad de expresión. No obstante, han afectado indirectamente al acceso a los alimentos, los servicios sanitarios y el agua. Las fuerzas armadas conjuntas del Gobierno que hacen cumplir el toque de queda y el distanciamiento social están violando manifiestamente los derechos humanos y procedimientos relativos al estado de derecho. Conforme a los informes recibidos, están involucradas en saqueos y extorsión a la población civil a diario para lo que hacen un uso excesivo de la fuerza y, a veces, arrestan arbitrariamente a personas, llegando a darse casos de civiles muertos por disparos durante las horas del toque de queda.
¿Cuáles son los mayores retos y las lecciones aprendidas hasta ahora durante la pandemia?
Nuestro principal reto es la restricción de nuestros movimientos: no podemos celebrar reuniones como antes para evitar posibles exposiciones y, por tanto, nuestros contactos se llevan a cabo solo por teléfono o correo electrónico. La situación actual ha puesto de manifiesto la importancia de tener una relación cercana y saludable con los socios locales. Compartimos con ellos documentos de orientación para ayudarles a entender las cuestiones principales que requieren supervisión y presentación de informes. Desde el comienzo de la situación de emergencia, trabajamos mucho más estrechamente con ellos, y ellos están aprendiendo gracias a nuestra orientación y solicitudes de información más detalladas. Debido a esta situación de emergencia, los agentes de la sociedad civil están más involucrados que nunca en la supervisión de la situación de los derechos humanos. Ambas partes nos estamos beneficiando de esta relación reforzada y confío en que tras esta formación “in situ” puedan aplicar a otras situaciones los conocimientos adquiridos.
¿Por qué es tan importante luchar por los derechos humanos durante esta pandemia?
La crisis actual ha puesto de relieve claramente que los derechos humanos son una responsabilidad colectiva y nos ha enseñado que tenemos que dedicar más energías y recursos a mejorar la capacidad de nuestros interlocutores nacionales, incluyendo las instituciones del Estado, las organizaciones de la sociedad civil y sobre todo de los estudiantes, que tienen más determinación para cambiar el statu quo.
9 de julio de 2020