Skip to main content

Madagascar

Jóvenes luchan contra la impunidad en Madagascar

29 agosto 2022

Campo de entrenamiento de Rary Aro Mada © A.J.F.A.C.E Antsiranana

«Es un escenario donde más del 50% de la población de Madagascar tiene menos de 20 años, la participación de los jóvenes para hacer frente a las causas originarias de los conflictos es fundamental si queremos consolidar una paz sostenible,» aseguró Sabine Lauber, Asesora Superior de Derechos Humanos del Equipo de las Naciones Unidas en el País.

El proyecto Rary Aro Mada que apoya la protección de los defensores de derechos humanos y los constructores de la paz jóvenes acaba de iniciar su segunda fase con la creación de observatorios regionales de derechos humanos.

Estos observatorios fueron creados en enero de 2021 gracias a la financiación procedente del Fondo para la Consolidación de la Paz y son ejecutados por UNESCO y la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, con el apoyo de la Oficina del Coordinador Residente para Madagascar.

Las misiones principales de estos observatorios son las de documentar casos de violaciones de derechos humanos mediante la realización de investigaciones y de misiones de determinación de hechos; supervisar los derechos humanos recopilando y analizando la información reunida y transmitiéndola al Comité de Paz; además de llevar a cabo campañas de promoción para la protección y defensa de los derechos humanos a nivel regional.

The Rary Aro Mada Symposium (December 2021) had 454 young students participate. Among the six sessions organised was to advocate for the adoption of the draft bill on human rights defenders. Front row, centre, UN Human Rights Senior Human Rights Adviser, Sabine Lauber. © UN Madagascar

El Simposio de Rary Aro Mada (diciembre de 2021) contó con la participación de 454 jóvenes estudiantes. Una de las seis sesiones organizadas fue para abogar por la adopción del proyecto de ley sobre los defensores de los derechos humanos. En primera fila, en el centro, la Asesora Superior de Derechos Humanos de la ONU, Sabine Lauber. © ONU Madagascar

Estos observatorios cubren las nueve zonas de intervención, incluyendo Antananarivo, Antsiranana (Diego), Fianarantsoa, Mahajanga, Morondava, Sambava, Toamasina, Taolagnaro (Fort-Dauphin) y Toliara, y están bajo la responsabilidad de representantes de la Plataforma Nacional de Organizaciones de la Sociedad Civil de Magadascar (PNFOSCM) a nivel local.

Estos contribuirán a hacer un seguimiento de casos de violaciones de derechos humanos en el país (supervisión y presentación de informes) además de reforzar el papel de los jóvenes como defensores de derechos humanos. Entre los jóvenes entrenados por el equipo de derechos humanos en Magadascar bajo este proyecto se encuentran nueve jóvenes, incluyendo a cinco mujeres, quienes han sido designados como coordinadores de estos observatorios regionales.

La participación de los jóvenes aporta dinamismo e innovación a la participación de la comunidad en los procesos de gobernanza.

Sabine Lauber, Asesora Superior de Derechos Humanos, Equipo de las Naciones Unidas en el País

«Al mismo tiempo, la participación de los jóvenes en la defensa de los derechos humanos les ayuda a generar confianza en sí mismos, a tener iniciativa y aprender habilidades de promoción para luchar contra la impunidad y exigir responsabilidades al estado,» declaró.

Mijoro: jóvenes activistas inspiradores

Entre estos coordinadores regionales se encuentra Razafindramavo Danielysa, de 30 años, también conocida como Mijoro. Mijoro tiene un título universitario en Biodiversidad y es defensora del medio ambiente. Su trabajo como activista, en un mundo habitualmente dominado por hombres, la ha convertido en un objetivo de discriminación por parte de la comunidad además de recibir amenazas por varias empresas.

A pesar de todos estos obstáculos, Mijoro decidió crear una ONG, NGO Mijoro, la cual significa «Levántate». Su sueño es el de ayudar a mujeres jóvenes y a personas vulnerables a implicarse en el desarrollo de su país. Este es también la base de su lema, «Resiliencia y Derechos Humanos».

Mijoro, a coordinator for the Boeny Regional Observatory (located in the western region of Madagascar)

Mijoro, coordinador del Observatorio Regional de Boeny (situado en la región occidental de Madagascar) © ONU Madagascar

«Yo elegí ser resiliente ya que estamos aquí para ayudar a los jóvenes y a personas vulnerables a volver a ponerse en pie y seguir adelante,» señaló.  «Yo elegí los derechos humanos ya que para poder defendernos, los jóvenes y/o los grupos vulnerables de personas necesitan que sus derechos estén protegidos.  Hasta que nuestros derechos no estén protegidos, ellos no podrán resistir las convulsiones y las crisis.»

Habiendo sido testigo de varios casos de violaciones de derechos humanos a lo largo de los años, incluyendo la violencia contra niños, mujeres y personas que viven con discapacidades, Mijoro no dudó en unirse al proyecto RaryAroMada y en participar en formación en derechos humanos en su ciudad de origen, Majunga.   Al verse fortalecida por esta primera experiencia, Mijoro se comprometió a defender los derechos humanos y se inscribió en otros módulos de formación a través del proyecto Boot Camp con UNESCO lanzado en diciembre de 2021 y el taller sobre observatorios con la Plataforma Nacional para Organizaciones de la Sociedad Civil de Madagascar que tuvo lugar en marzo de 2022. 

Gracias a su capacidad de liderazgo y compromiso cívico, Mijoro aceptó un puesto como Coordinadora del Observatorio Regional de la región de Boeny, en la que se incluye su ciudad de origen.  Se trató de una responsabilidad que aceptó asumir a pesar de los distintos compromisos que tenía ya que consideró que se trataba de un proyecto importante. 

«Al final, fue un acto natural y además el tener que gestionar mi horario de trabajo no debería suponer un obstáculo,» indicó ella. 

Dividida entre sus dudas y su compromiso, Mijoro se dió la oportunidad a ella misma de enfrentarse a este reto, el cual también consigue hacer realidad sus aspiraciones personales. 

«Es gracias a Rary Aro Mada que fui consciente de la importancia de conocer mis derechos, y ha servido además para aclarar mi punto de vista e incluso mi visión sobre la sociedad donde vivo,» explicó. 

Ella añade que este proyecto ha significado un paso crucial en su lucha. 

«Para empezar, has de conocer cuáles son tus derechos para poder protegerte psicológica y moralmente,» aseguró. 

Auto-didacta por naturaleza, Mijoro no ha escatimado esfuerzos para continuar con su educación.  Ella trabaja duro, investigando sobre derechos humanos y la sociedad en profundidad, sin perder de vista su objetivo principal: implicarse de la mejor manera posible e inspirar a las personas en torno suya para que sigan sus pasos. 

Uno de los desafíos a los que Mijoro ha de enfrentarse como defensora de derechos humanos es la falta de comprensión sobre lo que son los derechos humanos que persiste en algunas estructuras estatales a nivel regional.  Este factor la lleva a asumir otro reto, el cual consiste en consolidar la paz y su papel personal respecto a las autoridades regionales. 

«Ser una mujer joven y activa en este campo no es nada fácil,» afirmó.  «Tienes que estar preparada para cualquier eventualidad.  No hay nada que no puedas aprender cuando tienes ambición.  Es el aprendizaje, y sobre todo la motivación, lo que te conducen a tener éxito.»

Jóvenes defensores comprometidos con los derechos humanos

El compromiso de Mijoro es compartido por otros 463 jóvenes, los cuales representan a 65 distritos, quienes recibieron formación desde septiembre de 2021 a marzo de 2022 dentro del proyecto RaryAroMada.  En una evaluación realizada a mitad de la formación, más del 93 por ciento de estos jóvenes declararon que ahora se sienten más seguros sobre su papel como defensores de derechos humanos. 

«Los jóvenes deben actuar por el bien de su país,» aseguró Dina Mandroso, una beneficiaria del proyecto RaryAroMada en la región de Haute Matsiatra.

Valencia Ravololonirina, una beneficiaria procedente de la región de Sava, explica que sus esfuerzos anteriores habían tenido resultados desiguales.

«Nuestra asociación, por ejemplo, solía recibir informes de violaciones, pero no sabíamos cómo gestionarlos,» explicó.  «Hoy, gracias a los observatorios que consiguen reunir a distintos jóvenes procedentes de los distritos, contamos con medidas más coordinadas y unas orientaciones más claras para responder a estos casos de violaciones.»

El compromiso de estos beneficiarios recibe el apoyo de las Naciones Unidas en Madagascar, tal como mencionó el Coordinador Residente de las Naciones Unidas en Madagascar, Issa Sanogo, durante la puesta en marcha del observatorio regional para la región de SAVA en marzo de 2022.

«Dentro del sistema de las Naciones Unidas, y a través del programa de consolidación de la paz, reiteramos nuestro compromiso con la participación de jóvenes como actores del cambio y les deseamos el mayor éxito posible en las tareas que van a tener que llevar a cabo dentro de los observatorios regionales de derechos humanos,» señaló.

Los siguientes pasos para el proyecto Rary Aro Mada consistirán en recopilar datos procedentes de los observatorios regionales sobre derechos humanos así como iniciar investigaciones académicas para poder entender mejor las causas originarias de las violaciones de derechos humanos.  Estos datos servirán también como información para el próximo informe de Examen Periódico Universal de Madagascar ante el Consejo de Derechos Humanos. 

La seguridad personal de estos jóvenes observadores es una cuestión primordial para los socios en este proyecto.  Se llevará a cabo una serie de formaciones para proporcionarles asesoramiento y orientaciones sobre seguridad personal a la hora de realizar investigaciones sobre el terreno.  También se les formará sobre cómo lidiar con el acoso y las amenazas en línea.  Otra formación adicional les ayudará a conocer los mecanismos internacionales de derechos humanos. 

Asimismo, los socios en el proyecto continuarán promoviendo junto con el Ministerio de Justicia de Madagascar la aprobación de una ley que proteja a los defensores de derechos humanos. 

«La inclusión de los jóvenes es la clave para la consolidación de la paz,» reiteró Lauber.