Tener nevados con nieve, ríos con agua, bosques con árboles puede parecer muy obvio, pero para Francisco Vera, un joven defensor de derechos humanos y ambientalista colombiano, ya no lo es. La crisis climática está cambiando al mundo y poniendo la vida misma en riesgo, dijo.

A los nueve años, Francisco se dio cuenta que necesitaba defender el medio ambiente, luego del shock que significó para él observar los devastadores incendios que arrasaron la Amazonía en 2019. Otros jóvenes activistas climáticos, como Greta Thunberg, también lo inspiraron.

"Yo también puedo transformar mi territorio y así fue como fundé Guardianes por la Vida” Francisco, quien ahora tiene 13 años, dijo. 

La organización que empezó con seis niños en 2019 tiene ahora cientos de integrantes que defienden el medio ambiente en Colombia y miles de seguidores en redes sociales. Su objetivo es incidir en políticas públicas para reducir la contaminación y mitigar los efectos del cambio climático. En resumen, incidir para que el derecho humano a un medio ambiente sano sea una realidad.

Hacer trabajo de incidencia como niño no es fácil, pero Francisco opina que la edad no es una barrera para luchar por el medio ambiente.

“No importa si somos niños o no somos niños, la verdad. Todos podemos hacer parte del cambio,” dijo. “Los adultos tienen experiencia, entonces lo que proponemos es utilizar esa experiencia y aprovechar nuestra energía, nuestras ganas, nuestro entusiasmo para seguir construyendo una sociedad como niños, como adolescentes, como jóvenes.”

“Yo creo que el primer paso primero es reconocernos como actores políticos, que somos ciudadanos, que tenemos una voz, una voz que debe ser incluida,” añadió Francisco. Es necesario un diálogo intergeneracional que reconozca a la infancia como sujetos plenos de derecho, en particular en lo que se refiere a la actual crisis climática, dijo.

Como parte de su labor de incidencia, Francisco visitó Ginebra recientemente, donde se reunió con el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk. Ahí le entregó a Türk la Declaración Conjunta de la Eco-Esperanza, un manifiesto de defensa del medio ambiente sano elaborado en conjunto con sus compañeros de Guardianes por la Vida y suscrito por más de tres mil niños y niñas.