Acerca
Miles de personas son detenidas todos los años de forma ilegal en países de todo el mundo. A la vez que el derecho a la libertad de una persona no es un derecho absoluto, la privación de libertad no puede ser nunca arbitraria, y debe ser realizada respetando el estado de derecho. Los detenidos conservan todos sus derechos humanos y sus libertades fundamentales, excepto por las limitaciones legales que conlleva el encarcelamiento. La detención arbitraria aumenta el riesgo de otras violaciones, incluyendo la tortura u otro trato cruel, inhumano y degradante; la desaparición involuntaria y forzosa; además de la ejecución extrajudicial.
Nuestra labor
La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos trabaja para salvaguardar el derecho a la libertad personal luchando contra la detención arbitraria, y defendiendo el derecho de todas las personas privadas de su libertad a ser tratadas con humanidad y dignidad. En nuestros informes, analizamos estas cuestiones y proponemos recomendaciones para proteger y defender los derechos de las personas detenidas.
Asimismo, el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria (parte de los Procedimientos Especiales) es el único mecanismo de las Naciones Unidas no basado en un tratado con la facultad para investigar reclamaciones específicas y realizar llamamientos a tomar acciones urgentes. La Oficina colabora con el Grupo de Trabajo para llamar la atención sobre la cuestión de la detención arbitraria, con el objetivo de acabar con esta práctica.
Quién más participa
El Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria
Los cinco expertos en el Grupo de Trabajo se reúnen para examinar casos e informaciones procedentes de víctimas y sus defensores de derechos humanos, con el fin de determinar si una persona ha sido detenida de forma arbitraria o no. Estas opiniones y recomendaciones movilizan organizaciones de la sociedad civil e inician movilizaciones que han conducido posteriormente a la liberación de personas que han sido detenidas de forma arbitraria.