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Aprobada de manera unánime en 2015 por todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (Agenda 2030) con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), 169 metas y 231 indicadores orienta y da forma a las políticas de desarrollo mundiales y nacionales y ofrece nuevos puntos de acceso y nuevas oportunidades para salvar la brecha entre el desarrollo y los derechos humanos. La Agenda sirve de marco general para orientar la actividad nacional e internacional en materia de desarrollo.

La Agenda 2030 está inequívocamente anclada en los derechos humanos y se basa de manera explícita en la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) y los tratados internacionales de derechos humanos, así como en otros instrumentos, tales como la Declaración sobre el derecho al desarrollo (Pár. 10).  Los ODS tienen por objetivo “hacer realidad los derechos humanos para todos” (Preámbulo, Agenda 2030) y son aplicables con carácter universal a personas de todos los países, tanto desarrollados como en desarrollo.  Y un aspecto muy importante es que la Agenda 2030 debe aplicarse de manera coherente con el derecho internacional (pár. 18).

Aunque los ODS específicos no están formulados en términos de derechos humanos, muchas de sus metas reflejan el contenido de los estándares internacionales. Por ejemplo, el ODS 1 (erradicación de la pobreza), el ODS 2 (eliminar el hambre), el ODS 3 (salud y bienestar), el ODS 4 (educación de calidad), el ODS 6 (agua potable y saneamientos), el ODS 8 (trabajo decente y crecimiento economico), y el ODS 11 (ciudades y comunidades sostenibles), reflejan en gran medida la esencia de los derechos económicos, sociales y culturales. El ODS 16 relativo a la paz, la justicia y la necesidad de instituciones sólidas, aborda algunas dimensiones clave de los derechos civiles y políticos, entre otras la seguridad personal, el acceso a la justicia y las libertades fundamentales. El ODS 17 aborda asuntos vinculados con el derecho al desarrollo y los medios de ejecutarlo.

Que nadie quede rezagado

La Agenda 2030 también ha colocado en su centro mismo los principios de igualdad y no discriminación, con el compromiso de “que nadie quede rezagado” y de “llegar primero a los están más atrás”, y con especial atención a los grupos marginados y dos metas específicas para combatir la discriminación y las desigualdades (ODS 5 sobre igualdad de género y ODS 10 sobre las desigualdades en los países y entre ellos), así como un compromiso transversal con el desglose de datos, las estrategias inclusivas de participación (de toda la sociedad y en todos los enfoques gubernamentales) y de rendición de cuentas para el seguimiento y examen posterior a 2030 apuntan a que la Agenda en su conjunto fue elaborada siguiendo una estrategia basada en los derechos humanos, lo que es fundamental para el éxito de su ejecución. 

El compromiso del ACNUDH

Existe, sin embargo, el riesgo de que los ODS puedan resultar insuficientes en comparación con los criterios de derechos humanos por motivos tales como las leyes nacionales que limiten los derechos de la mujer y las libertades fundamentales, la falta de atención a las “minorías” y las personas del colectivo LGBTI y la debilidad de los mecanismos de rendición de cuentas. También puede haber deficiencias en lo relativo a la ejecución de la Agenda 2030 en cuanto a si aplica una estrategia de derechos humanos y coloca las consideraciones relativas a estos derechos en el centro de las intervenciones para garantizar que nadie quede rezagado. Este es el ámbito en el que el ACNUDH proporciona orientación, aumento de capacidades y otras modalidades de asistencia técnica a una amplia gama de participantes, entre otros los Estados Miembros, las Instituciones Nacionales de Derechos Humanos, la sociedad civil y otras entidades de las Naciones Unidas. Para obtener más información sobre la labor del ACNUDH en lo relativo a la Agenda 2030.

¿En qué se diferencian los ODS de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)?

Los ODS son distintos en los aspectos siguientes:

Son universales: Mientras los ODM se aplicaban únicamente a los llamados “países en desarrollo”, los ODS constityen un marco auténticamente universal, que se aplicará a todos los países. A todas las naciones les queda mucho camino por avanzar en el sendero del desarrollo sostenible y todas se enfrentan a desafíos tanto comunes como específicos en la consecución de las múltiples dimensiones del desarrollo sostenible reflejadas en los ODS.

Son transformadores: En su condición de programa para “la gente, el planeta, la prosperidad, la paz y las iniciativas conjuntas”, la Agenda 2030 marca un giro paradigmático del modelo tradicional de desarrollo. La Agenda 2030 ofrece una perspectiva transformadora centrada en la gente y el planeta, basada en los derechos humanos, y un modelo de desarrollo sostenible sensible a las cuestiones de género que trasciende la estrecha visión de los ODM.

Son de amplio espectro: Junto con una amplia gama de objetivos sociales, económicos y medioambientales, la Agenda 2030 promete crear “sociedades más justas, pacíficas e inclusivas, libres del miedo y la violencia”, con especial atención a la gobernanza democrática, el estado de derecho, el acceso a la justicia y la seguridad personal (ODS 16), así como un contexto internacional (ODS 17 y en todo el marco de aplicación). De manera que  la Agenda abarca asuntos que tocan a todos los derechos humanoseconómicos, civiles, culturales, políticos, sociales y el derecho al desarrollo.

Son inclusivos: La Agenda 2030 se ha propuesto que nadie quede rezagado, con una perspectiva centrada en un mundo “de respeto hacia la igualdad y la no discriminación” dentro de los países y entre ellos, a fin de “respetar, proteger y promover los derechos humanos, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política u otra, origen nacional o social, propiedad, nacimiento, discapacidad u otro estado”.