Informe: Como el cambio climático afecta a los derechos humanos de los migrantes de la región del Sahel
11 noviembre 2021
Las consecuencias para los derechos humanos de la migración relacionada con el cambio climático suponen la base de un nuevo informe de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, publicado esta semana en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26).
Centrándose en el Sahel en África, una región que abarca Burkina Faso, Camerún, Chad, Guinea, Mali, Mauritania, Niger, Nigeria, Senegal y Gambia - el informe destaca algunos de los desafíos principales para los derechos humanos resultantes de la interrelación entre el cambio climático y la migración, además de reclamar medidas de prevención y mitigación.
«A lo largo de la historia de la humanidad, personas individuales, familias y comunidades han usado la migración como una estrategia para adaptarse a condiciones medioambientales cambiantes,» afirmó la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Michelle Bachelet, a la hora de presentar el informe. «No obstante, un clima que está calentándose rápidamente exige de nuevas soluciones para asegurar que esta migración supone una elección, y no una necesidad.»
Conforme la crisis climática global va extendiéndose, las personas que viven en la región del Sahel están sufriendo de forma directa sus efectos adversos cuando migran y, como consecuencia, sus consecuencias para su dignidad y derechos humanos.
Las temperaturas de la región están aumentando 1,5 veces más rápidamente que el promedio global, según muestra el informe. Las precipitaciones son irregulares y las estaciones secas son cada vez más reducidas, aunque las inundaciones se repiten con frecuencia.
Los medios de vida desaparecen al mismo tiempo que se reducen las cosechas y se pierden los pastos. Las personas que viven en las ciudades, en especial en las zonas de costa, también están amenazadas, debido al aumento del nivel del mar y el incremento de las inundaciones.
Al no quedarles ninguna otra opción, muchas personas se ven obligadas a desplazarse. A otros no les queda siquiera la opción de desplazarse, lo que empeora su situación de vulnerabilidad.
Según Adenike Oladosu, una activista de Nigeria contra el cambio climático y por los derechos de las mujeres, y una de los muchos actores a los que está consultando Derechos Humanos de las Naciones Unidas en el Sahel, la migración ha dejado de ser una estrategia sencilla que pueden usar las personas para adaptarse a unas circunstancias cambiantes.
«La migración forzosa debido al cambio climático está afectando directamente a nuestra paz y seguridad,» aseguró.
Oladosu destacó los enfrentamientos cada vez más frecuentes entre pastores nómadas y agricultores por el uso y propiedad de la tierra, en especial en la región del Lago Chad. Los efectos indirectos de este fenónemo son numerosos, explicó, e incluyen repercusiones considerables para los derechos humanos de las mujeres y niñas.
«Se está acabando con el empoderamiento de las mujeres y las niñas,» afirmó. «Son más vulnerables ahora a los abusos sexuales, y el matrimonio infantil es contemplado por algunos como una estrategia para lidiar con la crisis causada por el cambio climático. Además de todo esto, las niñas y mujeres jóvenes están abandonando sus estudios y perdiendo sus medios de vida.»
Para Oladosu, la justicia medioambiental y climática abarca más que solamente las medidas contra el cambio climático. Se trata de adoptar medidas concretas para asegurar la «justicia social, la justicia de género y la igualdad.»
Las consecuencias para los derechos humanos del cambio climático
El informe describe algunas de las consecuencias «numerosas, polifacéticas y complejas» que el cambio climático acarrea para los derechos humanos del Sahel, como son el derecho a la vida, la salud, la vivienda, los alimentos, el agua y el saneamiento, los cuales están todos amenazados por desastres lentos y repentinos.
La mayoría de los medios de vida de las personas que viven en la región del Sahel dependen de la agricultura, el pastoreo o la pesca, y estos medios de vida se ven profundamente afectados por el cambio climático. Por ejemplo, los científicos predicen que el cambio climático podría causar a la larga en Mali un descenso de entre el 30 y 40 por ciento de la capacidad agrícola. En la costa de Senegal, las poblaciones de peces cayeron un 80 por ciento solamente en 2017.
En Nigeria, señala Oladosu, el declive de la producción agrícola supone un «arma contra la paz».
El cambio climático también conlleva graves repercusiones para los derechos a la vida y la salud en el Sahel, indica el informe. El aumento del nivel del mar en las zonas costeras incrementa el riesgo de mortalidad, lesiones, así como de daños para los estados de salud física y salud mental. Las inundaciones y las precipitaciones abundantes pueden hacer aumentar la vulnerabilidad a enfermedades transmitidas por el agua o por insectos, a la vez que las estaciones secas y las sequías pueden hacer aumentar las posibilidades de que las personas consuman agua no apta para el consumo.
En algunos casos, las personas optan por abandonar sus hogares para evitar estos daños. No obstante, puede que estas personas no encuentren rutas seguras disponibles, un plan o con apoyo adecuado, y puede que tengan que enfrentarse a riesgos aun mayores durante su desplazamiento y a su llegada al destino.
A otros puede que no les quede elección y tengan que quedarse, por lo que quedarán más expuestos a amenazas para los derechos humanos.
La prevención y la mitigación son fundamentales
Tal como señala el informe, las consecuencias para los derechos humanos del cambio climático y de la migración relacionada con el cambio climático en el Sahel no son algo hipotético o limitados al futuro. Estas están sucediendo en la actualidad y exigen de medidas inmediatas y ambiciosas.
«Hay una necesidad urgente de medidas de adaptación y mitigación en el Sahel basadas en los derechos humanos y lideradas por la comunidad, que incluyan rutas que hagan posible una migración organizada como estrategia de adaptación al cambio climático,» declaró Bachelet.
Mediante la colaboración con migrantes, comunidades locales, así como con una nueva serie de historietas en cómic, Derechos Humanos de las Naciones Unidas aspira a poner de relieve la importancia de estas medidas.
«Las comunidades locales, incluyendo a los migrantes, deben ser la base a la hora de diseñar soluciones para conseguir un futuro más esperanzador,» subrayó Bachelet.
Derechos Unidos de las Naciones Unidas ha hecho un llamamiento a todos los Estados, incluyendo los de la región del Sahel, así como a interesados a nivel regional además de la comunidad internacional, a tomar medidas acerca de las repercusiones actuales y futuras para los derechos humanos que conlleva el cambio climático.
El no adoptar ninguna medida, según el informe, podría suponer en sí mismo un incumplimiento de las obligaciones en materia de derechos humanos.
«Es evidente que cuando los derechos humanos se ven perjudicados por el cambio climático, los Estados tienen la obligación de actuar, tanto por individual como cooperando entre ellos, para o bien prevenir el daño cuando esto sea posible, o para remediarlo cuando no es posible impedirlo,» declaró Bachelet.
«Los principios básicos de justicia e igualdad exigen que los países que más han contribuido a crear el cambio climático apoyen a los países más afectados por el mismo, como son los de la región del Sahel, con el fin de implementar las políticas, recursos y tecnologías necesarios para mitigar y adaptarse a esta crisis.»