Construyendo economías que sitúen los derechos humanos de las personas en su centro de operaciones
06 abril 2023
La Iniciativa Derechos Humanos 75 sitúa su foco de atención en una amplia serie de cuestiones de derechos humanos, consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, las cuales necesitan de medidas concretas y urgentes por parte de los Estados y otros responsables. El foco de abril se centra en la economía de derechos humanos.
La inseguridad alimentaria y la crisis por el alto coste de la vida están relegando a millones de personas. En la actualidad, 828 millones de personas sufren de malnutrición (una cifra que ha aumentado en 150 millones en los últimos tres años), y además la emergencia climática continúa rampante, según el Jefe de Derechos Humanos de las Naciones Unidas Volker Türk.
El 60% de los países de ingresos bajos y el 30% de las economías de mercado emergentes están ya en situación de endeudamiento grave o están cerca de estarlo, unos números estremecedores, a lo que se añade una recesión global que planea en el horizonte.
Estas crisis han llevado a los países al límite, donde los gobiernos no son capaces de proporcionar a sus ciudadanos y ciudadanas atención sanitaria, educación y protección social adecuadas, además de otros derechos humanos, lo que afecta sobre todo a mujeres y niñas además de otras comunidades vulnerables y marginadas.
Las razones de esta situación incluyen el hecho de que sistemas económicos y políticos globales, regionales y nacionales no integren de forma adecuada obligaciones y normas de derechos humanos en sus decisiones de tipo presupuestario y en lo que concierne a inversiones, según afirmó Türk.
«Hemos de incorporar los derechos humanos en nuestras economías,» aseguró.
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Los derechos humanos ofrecen muros de contención útiles para garantizar la prioridad de las inversiones necesarias centradas en las personas que están más marginadas.
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Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Según Derechos Humanos de las Naciones Unidas, una economía basada en los derechos humanos sitúa a las personas y al planeta en el centro de sus decisiones sobre inversiones, de sus políticas económicas, de las opciones que tienen los consumidores, y de los modelos de negocios, con el objetivo de mejorar de forma considerable el disfrute de los derechos humanos por parte de todos y todas.
El incremento de las desigualdades sigue siendo un obstáculo principal para hacer realidad las aspiraciones que se acordaron de forma global y se plasmaron en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), así como en la promesa de no dejar a nadie atrás.
«Hemos de trabajar de manera conjunta y más intensamente para situar de verdad los derechos humanos en el centro de todas las dimensiones del desarrollo sostenible,» afirmó.
Según señaló Türk, una economía de derechos humanos busca «corregir las causas originarias y barreras estructurales que impiden la igualdad, justicia y sostenibilidad, dando prioridad a los derechos económicos, sociales y culturales.»
No dejar a nadie atrás
Para garantizar que los derechos humanos son la base del desarrollo sostenible, Derechos Humanos de las Naciones Unidas creó en 2019 la Iniciativa Surge como respuesta al aumento de las desigualdades, el ritmo demasiado lento de la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el incremento del malestar social. El objetivo de esta iniciativa es intensificar el compromiso a nivel de país y a nivel regional con los derechos económicos, sociales y culturales, además de afianzar la vinculación entre los derechos humanos y las políticas económicas.
Las devastadoras consecuencias socio-económicas que supuso la pandemia de COVID-19, que se vio agravada por la crisis constante de los alimentos, los combustibles y la energía en todo el planeta, hizo que esta Iniciativa fuera especialmente oportuna y pertinente. La Iniciativa Surge colabora con las 90 presencias sobre el terreno que tiene la Oficina, los Equipos de las Naciones Unidas en el País, los Estados, la sociedad civil, instituciones financieras internacionales, y otros interesados clave.
A través de su equipo multidisciplinar, la Iniciativa Surge opera en una variedad de niveles y utilizando diferentes vías. Más información sobre los métodos de trabajo de la Iniciativa aquí.
Efectos de la Iniciativa Surge
- Prestó apoyo económico y técnico a 63 proyectos en el país para sembrar la semilla del cambio en todo el mundo.
- Contribuyó con 7 Planes/Programas Nacionales de Desarrollo.
- Apoyó a las presencias de las Naciones Unidas en los países ofreciendo contenidos analíticos y asesoramiento operacional a 111 procesos de la Coordinación de las Actividades sobre el Clima y del Marco de Cooperación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible.
- Mantuvo debates y colaboraciones estratégicos con 70 Economistas de las Oficinas de los Coordinadores Residentes, además de participar en varias conversaciones con autoridades nacionales acerca de diversos aspectos de la elaboración de presupuestos con base en los derechos humanos.
Una de las áreas clave de colaboración de la Iniciativa a nivel de país son los proyectos de país para sembrar las semillas del cambio de la Iniciativa Surge, los cuales son organizados por las presencias en los países y regionales de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, con el apoyo técnico y económico de la Iniciativa Surge.
En Jordania, las Naciones Unidas y el Consejo Económico y Social de Jordania (JESC, según siglas en inglés), con el apoyo de la Asesora Superior de Derechos Humanos de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Christina Meinecke, y la Iniciativa Surge, están colaborando para situar a las personas en el centro de las políticas de finanzas públicas mediante la cooperación con varios actores estatales y no estatales. El documento sobre políticas, del Equipo, el cual fue anunciado en marzo por el Coordinador Residente en Jordania y por el Presidente del JESC, resalta la importancia de movilizar los recursos necesarios para poder invertir en derechos económicos, sociales y culturales, y de reorientar el gasto público para dar prioridad a las necesidades y derechos de las personas.
«Este hecho está ayudando a hacer progresar nuestro trabajo colectivo de informar sobre los principios de derechos humanos a la hora de determinar las políticas económicas a aplicar, con el objeto de preservar el bienestar de las personas,» señaló Meinecke.
El equipo de la Iniciativa Surge ha llevado a cabo también destacadas colaboraciones como la Asociación para una Economía basada en los Derechos Humanos junto con el Raoul Wallenberg Institute y el New School's Institute on Race, Power and Political Economy con el fin de desplazar la atención del análisis, investigación y la política económica hacia la consecución de derechos humanos para todos y todas sin discriminación alguna.
«Las formas que utilizamos para definir el valor económico y nuestros modos tradicionales no han conseguido incorporar a lo que supone en primer lugar nuestro activo más preciado en este mundo, que son las personas,» declaró Darrick Hamilton, Profesor y Director del Instituto de Raza, Poder y Economía Política de la New School.